Dirección: Eliza Hittman. Guion: Eliza Hittman. Reparto: Sidney Flanigan, Talia Ryder, Théodore Pellerin, Ryan Eggold, Sharon Van Etten, Drew Seltzer, Lester Greene, Kim Rios Lin, Luz Ozuna, Brett Puglisi, Aurora Richards, April Szykeruk, Alana Barrett-Adkins, Michael Erik, Guy A. Fortt, Rose Elizabeth Richards, Deepti Menon, Carolina Espiro. Género: Drama. País y duración: Estados Unidos (2020), 101 minutos.

n un año complicado para la industria cinematográfica, la película Nunca, casi nunca, a veces, siempre, dirigida y escrita por Eliza Hittman, se ha hecho fuerte en el circuito de festivales, logrando los galardones de Gran Premio del Jurado en el Festival de Berlín y el Premio Especial en Sundance. Además, recientemente se ha presentado en la sección Perlak del Zinemaldia, que celebra actualmente su 68ª edición en Donostia. Se completa así una carta de presentación de altura para un largometraje que, desde la sencillez, retrata el periplo de una joven adolescente estadounidense que, sin apoyos, decide interrumpir un embarazo no deseado.

Porque como si de una road movie se tratase, Nunca, casi nunca, a veces, siempre sigue, siempre con delicadeza, los pasos de Autumn -interpretada por la hasta ahora casi desconocida Sidney Flanigan-, una joven de 17 años que queda embarazada. Sin ningún tipo de ayuda familiar ni gubernamental en la zona rural de Pensilvania donde vive, la adolescente decide viajar a Nueva York junto a su prima Skylar -Talia Ryder-, con el objetivo de visitar una clínica legal en Brooklyn.

Para dar forma a su tercera película, la realizadora Eliza Hittman se inspiró en la muerte de una joven irlandesa en 2012, a quien negaron un aborto con urgencia en el hospital tras haber sufrido complicaciones en su embarazo. "Me metí en Internet y empecé a leer acerca de Irlanda y de las leyes antiaborto, de cómo lo consideraban un delito grave", explica Hittman, autora de filmes como It felt like love (2013) y Beach Rats (2017) y considerada una de las nuevas voces más relevantes del cine independiente estadounidense.

Aquel fue el punto de partida de una ardua tarea de documentación que le condujo a ambientar su historia en Estados Unidos, concretamente en Pensilvania, donde las restricciones antiaborto obligan a las mujeres a cruzar las líneas estatales para buscar clínicas legales en Nueva York y Nueva Jersey. Y ese es el caso de Autumn, la protagonista del largometraje, quien se embarcará en un viaje que podrá cambiar su vida tan solo con un puñado de billetes como único equipaje y arropada por la compañía de su prima. Y al llegar a Nueva York, su complicada situación da otro giro inesperado.

"Ellas creían que se solucionaría en un día y se enteran de que deberán quedarse dos noches en una ciudad enorme que no conocen y que les intimida", avanza Hittman sobre cómo la ciudad neoyorquina se convierte en una trampa y en un escenario inhóspito para las adolescentes. El largometraje recogerá sus miedos y sus dudas que experimentan, en un camino marcado por la tensión: "La historia no trata tanto de las decisiones de Autumn, sino del viaje y de todos esos obstáculos que se encuentran", resume la cineasta.

La naturalidad y el realismo impregnan al metraje, fruto de esa "chispa natural" que conectó a las dos actrices protagonistas: Sidney Flanigan -quien hasta la película, se había dedicado al mundo de la música- y Talia Ryder, que forma parte del elenco de West Side Story, filme de Disney que verá la luz en 2021.

En cuanto a Nunca, casi nunca, a veces, siempre, la debutante Flanigan asegura que "el guion tiene mucha fuerza" y que recoge una historia importante, ya que "es una visión muy realista de lo que puede ser esta experiencia". Su personaje "tiene mucho carácter y tiende a solucionar sus problemas sola", pero el embarazo inesperado hará que requiera de la ayuda de su prima. "Skylar es lista, ha entendido cómo funciona el mundo y ve la injusticia a su alrededor", asegura su intérprete, Talia Ryder, para concretar que su personaje "se dio cuenta muy pronto de la diferencia entre chicas y chicos, así como del poder que significa ser una mujer joven".

Y si bien el filme trata de escapar de la crítica política, es inevitable que la película abra cierto debate al estrenarse en Estados Unidos en medio de una campaña presidencial en la que se tratan temas incluidos en el proyecto. De ahí que su productora, Sara Murphy, invite a "a una conversación abierta sobre el respeto hacia la complejidad de las experiencias individuales". Una complejidad que en el caso del largometraje, toma la mirada de dos jóvenes perdidas y que se sienten marginadas. Porque Nunca, casi nunca, a veces, siempre no deja de ser una mirada singular a la adolescencia.