- La organización del Zinemaldia busca, ante todo, que el Festival sea un encuentro "seguro". Esta es una de las dos apuestas "fuertes" de los organizadores. La otra, por supuesto, es la exhibición de películas en salas, reservando el online para otras actividades.

"Proyectando las películas en las salas, mantenemos el corazón, es lo más importante de un festival como el nuestro", aseguró ayer el director del Zinemaldia, José Luis Rebordinos, recién llegado del Festival de Venecia donde, junto a otros siete responsables de los encuentros cinematográficos "más importantes" de Europa y del mundo, suscribió un acuerdo de apoyo a la industria, a la exhibición de películas en salas y también una apuesta por la colaboración entre festivales. "Somos festivales que queremos poner las películas en salas de cine, no las queremos poner online. Festivales como Cannes, Venecia, Berlín o el nuestro tienen una apuesta clara por que se vean en las salas", afirmó, para después añadir que estos espacios son "lugares seguros". "Volvamos todos al cine", reclamó.

Rebordinos hizo estas declaraciones en la tradicional presentación de la edición del Festival que no se celebró, como es habitual, en el hotel María Cristina, sino que tuvo lugar en la sala de cine de Tabakalera. No fue la única novedad. Por primera vez, cada periodista tenía su asiento asignado, un anticipo a cómo serán las proyecciones de la 68ª edición, dado que los tiques estarán numerados para público y prensa.

Este encuentro anual suele servir para dar cuenta de las últimas novedades sobre el Zinemaldia, como las estrellas que visitarán la ciudad durante la celebración del Festival, los miembros de los distintos jurados; ocasionalmente, un nuevo premio Donostia y alguna cinta que falte. En esta ocasión anunciaron dos nuevas "perlas", Nomadland, de Chloé Zhao, y The World to Come, de Mona Fastvold; no obstante, no se encontraron en posición de informar todavía sobre la película que clausurará la edición, dado que se encuentran cerrando los "últimos detalles".

Rebordinos, que estuvo acompañado por la subdirectora del Festival, Maialen Beloki, y por la directora de Comunicación del mismo, Ruth Pérez de Anucita, dieron cuenta de cómo va a ser el Zinemaldia y cuáles serán las restricciones motivadas por el protocolo contra el COVID-19. "No será tan cómoda como los años anteriores, pero sí será una edición con una programación de la que estamos muy orgullosos, y en la que nos hemos volcado para diseñar un protocolo de seguridad compatible con la experiencia cinematográfica", aseguró el director.

Así las cosas, no quisieron adelantar la presencia de estrellas, dado que muchas dependen de la evolución de las restricciones tanto en su país de origen como en el Estado -se informará de ello más adelante-. Lo que sí confirmaron fue la ausencia de Woody Allen, director de la película inaugural Rifkin's Festival, que aunque hasta el último minuto mantuvo el interés en asistir, a sus 82 años de edad tiene complicado viajar en un contexto de pandemia mundial. Aun así, el Zinemaldia tiene idea de que el elenco presente la película, aunque no quiso confirmar nada más.

Una de las cuestiones que se restringirá será la de la alfombra roja destinada, en esta ocasión, únicamente a los profesionales gráficos. El Zinemaldia acordonará la zona para impedir el acceso de los ciudadanos, al igual que se ha hecho en Venecia. Rebordinos solicitó ayuda ciudadana: "Les pedimos colaboración, que no frecuenten el Victoria Eugenia, el María Cristina y el Kursaal".