- El curso de verano de la UPV/EHU Miradas críticas sobre los festivales de cine, que estos días acoge el palacio Miramar, dedicó parte de la jornada de ayer “a imaginar el futuro” de estos encuentros cinematográficos. Sobre esta cuestión debatieron ayer el responsable del programa de Cine y Audiovisual de Tabakalera, Víctor Iriarte, y la directora artística del Festival Internacional de la Roche-Sur-Yon y asesora de programación de la Quincena de Realizadores de Cannes, Charlotte Serrand, en una mesa redonda titulada Desafíos de programación para los festivales del siglo XXI, que estuvo moderada por el director del curso Pablo La Parra.

En este curso organizado por el Zinemaldia, la Elías Querejeta Zine Eskola y del departamento de Cultura de la Diputación, Serrand e Iriarte reflexionaron sobre cómo deben configurarse los encuentros cinematográficos, aún más, después de la pandemia y de la proliferación de soluciones online. A juicio de Iriarte, la respuesta es clara, debe incidirse en las especifidades de cada festival. “Un festival que tiene una escuela de cine no puede ser igual a otro que no la tiene”, aseguró el programador, haciendo referencia a la colaboración existente entre el Zinemaldia y la Elías Querejeta Zine Eskola, e insistiendo en la necesidad de que el Festival Internacional de Cine de Donostia haga una revisión crítica de la actualidad.

Al mismo tiempo, reclamó la necesidad al entender todo el proceso por el que pasa un certamen: la preparación y la selección de los programas, la celebración de los festivales siempre atomizados en diez días y lo que viene después. “Tendremos que romper con la idea de que los festivales duren diez días”, comentó Iriarte, un concepto en el que el Zinemaldia lleva tiempo trabajando.

En cuanto al proceso de digitalización de los certámenes, subrayó el gran éxito del D’A de Barcelona, sobre todo, porque no consistió únicamente en la exhibición de cintas por Internet, sino que además “se fomentaron debates” que ayudaron a las películas a dar un paso más allá. Aun así, reconoció que, aunque es pronto para valorar la apuesta online que ha habido hasta el momento, es muy probable que los festivales vayan a un proceso de “hibridación”, como en el caso de FIDMarseille, que este año ha divido la programación en dos, la mitad para exhibir en salas y la otra para consumo online.

“Estamos en un mundo en el que todo es posible”, aseguró Serrand, que participó en la mesa de debate gracias a Internet dado que estos días se encuentra en el Festival de Venecia. “Podemos ir al cine y quedarnos en casa para ver películas. ¿Pero cómo elegir?”, se preguntó la directora artística de de la Roche-Sur-Yon. En su opinión, lo verdaderamente importante es “la calidad de las películas” y el apoyo a los cineastas y a las “ideas”, por lo tanto la reflexión debe ser sobre cómo hacer para que tanto plataformas como salas “mantengan” el apoyo a esas ideas.

Durante la mesa redonda también se puso sobre la mesa la polémica decisión del Festival de Cannes de crear un sello con el que ha distinguido a ciertas películas, en un año en el que su certamen no ha podido realizarse. “La lectura amable es la de que han hecho una lista con la programación soñada y la otra es que han marcado el ganado”, expuso La Parra, a lo que Iriarte respondió que no hay que olvidar que los festivales son “espacios de poder y de control”. “El ejercicio del sello lo hace alguien que quiere seguir marcando que es el festival más importante del mundo, que lo es”, expuso, para añadir después que “un festival no son solo unas películas proyectadas”.

En este sentido, subrayó la necesidad de reflexionar sobre quién y por qué selecciona las cintas a exhibir, cada encuentro en su escala. Por ello, defendió que los festivales deben tener una “línea editorial” donde, cada año, el equipo de dirección y de selección exponga qué es el cine para ese festival.

“Con su sello, Cannes ha querido marcar que sigue siendo el festival más importante

del mundo”

Programador de cine en Tabakalera