as pinturas murales que Eugenio María de Azcue realizó en 1856 encumbran el patrimonio artístico de la parroquia Santa María de Tolosa. Sin embargo, el paso del tiempo, varios incendios, inclemencias meteorológicas e intervenciones desafortunadas han puesto en serio riesgo su conservación. Un equipo de restauración está devolviendo ahora la luz original a dos de las seis obras que forman el conjunto; La mujer adúltera ante Cristo y La Resurrección, situadas en la nave derecha del templo.

La restauradora arrasatearra Carmen Martín, junto a su compañera María Berges, se está encargando del proyecto, que financian la Diputación Foral de Gipuzkoa, el Ayuntamiento de Tolosa y la parroquia del municipio, y que esperan culminar para finales de agosto. “Creo que es importante incidir en el trabajo que ha realizado la historiadora Montserrat Fornells, que lleva mucho tiempo reivindicando la necesidad de acometer esta restauración. Defiende que quedan muy pocos conjuntos artísticos como este en el País Vasco y ha peleado para que las instituciones apostaran por dar apoyo a esta actuación que era ya urgente”, explica Carmen Martín, responsable de CM Taller que se está encargando de las labores de restauración.

En 2017 la Diputación decidió encargar la redacción de un proyecto para analizar la situación de las obras que presentaban peor estado de conservación y realizar un estudio de la técnica de ejecución. Cabe destacar que en un principio se pensaba que se había empleado la técnica de la encáustica, toda vez que en el contrato de obra consta que debe emplearse esta técnica pictórica. “Al eliminar la capa de recubrimiento, estamos viendo que quizá no sea originaria del autor y es posterior. No obstante, es pronto aún para sacar conclusiones, porque nuestro trabajo es multidisciplinar y nos apoyamos en otros profesionales, historiadores, en documentación histórica... Además, no solo nos basamos en la observación, sino que tomamos muestras, realizamos un análisis sobre la composición de los materiales, lo cual nos aporta información sobre la técnica de ejecución. Cuando terminemos el trabajo de restauración, redactaremos un informe con todas las conclusiones obtenidas”, puntualiza la especialista arrasatearra.

Además del envejecimiento natural de los materiales, los diversos sucesos acontecidos a lo largo de la historia en la parroquia tolosarra han condicionado el estado de las pinturas murales de Azcue, que representan diferentes pasajes bíblicos. Uno de los sucesos que afectó a las obras fue el incendio que se originó la noche del 30 de noviembre de 1951, que destruyó las naves adyacentes de Amarrandegi, el lugar donde se entregaban los diezmos y donde se celebraban las reuniones de las cofradías.

Asimismo, Carmen Martín ha conseguido documentar otros incidentes, como varios vientos huracanados que rompieron las vidrieras de la iglesia. En un momento de la historia también se constata que el tejado estuvo muy deteriorado y hubo goteras que pudieron afectar al conjunto artístico. “En diferentes etapas se han llevado a cabo obras en los muros y las bóvedas que, en principio, no afectaban a las pinturas murales, pero se puede pensar que la constructora quizá no tuvo el cuidado necesario, no protegió debidamente las pinturas, y los productos utilizados afectaron a las obras: nos hemos encontrado con retintes y chorretones que han caído directamente sobre las pinturas”, detalla Carmen Martín.

Lo que no escapa a la duda es el valor artístico e histórico de las pinturas en cuestión. “Es un conjunto magnífico que hay que salvaguardar. La composición de las escenas está perfectamente realizada y de Azcue destacaría el detalle con el que trabajaba. Para ser pinturas de un tamaño tan grande, es increíble como está trabajado cada detalle de la escena”, concluye Carmen Martín.

El paso del tiempo, incendios, inclemencias meteorológicas e intervenciones poco acertadas han condicionado el estado de las pinturas