n tipo duro, alcohólico y con problemas personales es el protagonista habitual de las series policiales, pero Hightown trae a Netflix una sugerente novedad: ver el género noir desde la perspectiva de una mujer lesbiana y latina, según explicó a Efe la actriz hispana Monica Raymund. “Lo que me parece genial es que normalmente veríamos un personaje así a través de los ojos de un hombre, pero verlo a través de una mujer muestra que tenemos que lidiar con serias adversidades y obstáculos. Y las mujeres también tenemos cojones”, bromeó. “Tenemos que afrontar las mismas malas situaciones, los mismos enemigos, ya sea gente a la que tenemos que combatir o nuestros demonios internos”, añadió. Tras destacar en Chicago Fire, Raymund (St. Petersburg, 1986) es ahora protagonista de Hightown, serie que estrenó Starz el domingo, donde también figuran Amaury Nolasco, Riley Voelkel y James Badge Dale.

Esta serie parte de Jackie Quiñones (Raymund), agente del Servicio Nacional de Pesca Marina que pasa el tiempo fuera del trabajo en las barras de los bares vaciando una copa tras otra. La aparición del cadáver de una mujer cambia su vida por completo. “Los problemas personales de Jackie están envueltos en su alcoholismo, en su adicción”, opina Raymund. “Está muy perdida. Muestra un exterior duro como vía de tener sexo y de evitar los problemas reales, pero en el momento en que se ve obligada a quitarse la armadura ves que es muy vulnerable: una chica que no sabe lo que está haciendo”, agrega al considerar que la trama criminal de la serie le ofrece a Jackie un camino “de redención”.

La crisis sanitaria de los opiáceos que atraviesa EEUU y la violencia del narcotráfico son el telón de fondo de una serie ambientada en una ciudad costera llamada Provincetown, el último islote en la cadena de cayos que se conoce como Cape Town, a las afueras de Boston. Es un lugar idílico de casitas de colores, con cercas blancas de madera y maceteras llenas de flores de primavera a otoño y repollos de todos los tonos en el invierno. También el área postal con más personas autoidentificadas como homosexuales de EEUU. “Es una especie de meca para la comunidad LGBTQ, como el corazón del orgullo”, contó Raymund, que es bisexual. “Es una ciudad llena de gente queer. Su comunidad es superdiversa y ecléctica, y mi comunidad (LGBTQ) es muy aceptada. Pero lo que es también fascinante es que, cuando los turistas ya no están, puede ser un lugar muy oscuro”, apuntó sobre una serie que muestra “cómo de destructiva” es la epidemia de los opiáceos.

El perfil feminista de Hightown no solo viene por su protagonista sino también por el talento detrás de las cámaras: Rebecca Perry Cutter es la creadora de la serie y Rachel Morrison, primera mujer en lograr una nominación al Óscar a Mejor Fotografía, ha dirigido varios episodios. “Hubo un momento en el que había cinco mujeres en los monitores preparando una escena conmigo”, recordó Raymund. “Miré a mi alrededor y fue como: Guau, no creí que iba a vivir lo suficiente para ver esto, para ver a las mujeres uniéndose como una comunidad”, añadió. “Déjame decir algo: ser una mujer ahora es realmente interesante. Hay muchas con las que he hablado que tienen una experiencia similar: sentir que pertenecemos a un club. Hay algo así como una conexión espiritual y tácita. Espiritual es la palabra que me viene a la mente, igual suena bobo...”, dijo.

Ese impulso colectivo y “transformador” a favor de un mundo feminista lo ha vivido en primera persona Raymund, quien ironizó con que siendo mujer, latina e integrante de la comunidad LGBTQ tenía toda las papeletas para ser “marginada” por una industria todavía demasiado masculina, blanca y heterosexual como Hollywood. “Ahora hay espacio para nosotras, para contar nuestras historias. Pero, por encima de todo, está verlo normalizado como en Hightown”, explicó. “Se centra en la parte criminal y en la lucha de Jackie por permanecer sobria. No en el color de mi piel ni en cómo me identifico sexualmente: simplemente es empezar a aceptar estas características como parte de un todo. Es una enorme mejoría”, concluyó.

Por otra parte, el actor puertorriqueño Amaury Nolasco ha pasado de ser el preso amable de Prison Break a convertirse en uno de los hombres más temibles de la cárcel donde comienza Hightown. “Estoy de nuevo en la cárcel. El libreto me cayó en las manos y me enamoré del guion fantástico de Rebecca Cutter. El personaje es fascinante”, explicó. El actor, que entre 2005 y 2017 apareció en 79 de los 90 episodios de Prison Break como Fernando Sucre, afirmó que la guinda en el delicioso pastel que fue trabajar en Hightown fue “la oportunidad de trabajar con el productor Jerry Bruckheimer”. Pero más allá de la satisfacción profesional y el desafío intelectual, Nolasco se divirtió interpretando a Frankie Cuevas, al que describe como un hombre “multifacético”, que a veces no parece un villano, sino alguien “incomprendido”. “Es un tipo muy carismático, pero es una persona a la que no quieres hacer enojar. Es un tipo dedicado a su familia, a su hijo, a su señora. Pero por encima de todo está su cártel”, explicó al hablar del líder de una red de tráfico de opiáceos. Su prioridad es su negocio.

La crisis sanitaria de los opiáceos que atraviesa EEUU y la violencia del narcotráfico son el telón de fondo de la serie

Frankie (Nolasco) es un tipo dedicado a su familia, su hijo, su señora. Pero por encima de todo está su cártel. Su prioridad es su negocio