uando se abracen todos los niños del mundo, nacerá la libertad llena de colores", dice Juan Gorriti (Oderitz, 1942). El germen de la propuesta que lanzó el artista de Arribe, una invitación dirigida a la infancia para llenar de color este tiempo gris. Y es que el artista de Arribe invita a los niños y niñas a sacar los colores a esta situación, salir de este encierro obligado a través de la creatividad. Para ello, proponen hacer un dibujo, fotografiarlo y después mandar esta foto a aterazurekoloreak@gmail.com. Además, entre todos los participantes todas las semanas se sortea un dibujo de Gorriti. Asimismo, cuando envían los dibujos, de forma automática, reciben un correo de agradecimiento y un link donde pueden descargar dibujos del artista para colorear. Hasta la fecha se han hecho cuatro sorteos. El primero fue a Santacara, el segundo a Oiartzun, el tercero a Elizondo y el cuarto a Legazpi. Hoy se realizará el quinto.

La iniciativa comenzó el 20 de marzo a través de la difusión de un vídeo de un minuto y ya llevan cerca de medio millar de dibujos recibidos procedentes de diferentes partes del mundo como Argentina, Sevilla y de todos los territorios de Euskal Herria. Y es que la propuesta ha tenido eco en las redes sociales, sobre todo a través de Pirritx, Porrotx y Marimotots, y también la red de las euskal etxeak. "Hemos recibido dibujos de niños y niñas de todas las edades, desde año y medio, con garabatos, hasta preadolescentes. Estamos muy contentos", señala Gaizka Zubizarreta, profesor de Sarriguren y amigo personal del artista, al que acompaña en la gestión de la iniciativa.

"Con estos aparatos lo ve todo el mundo. No es cómo empieza, es como sigue", señala este carpintero, escultor y pintor refiriéndose a la manera en la que se ha difundido la iniciativa vía redes. "Los niños son el futuro de la humanidad. En esta situación tan extraña pensé en ellos, encerrados en sus casas, y lo comenté con Gaizka", recuerda. "Con esta idea se están comunicando los niños y niñas del mundo", añade. Al respecto, Gorriti destaca la importancia del arte como una forma de comunicación, un punto de encuentro en un idioma para el que no hacen falta palabras.

"El arte es ante todo sentir, dar forma a ideas que nacen en el corazón, pasan por la cabeza y adquieren forma con las manos. Yo no sé qué es el arte. Yo creo lo que siento", asegura, al tiempo que confiesa que sigue siendo aquel niño que ayudaba en la trilla y con el ganado, una infancia ligada a la naturaleza en la que descubrió un azul inmenso que ha sido una constante en su obra. "Mi universidad es el monte, lo primitivo", incide. "La naturaleza es la gran maestra. No hay artista como el tiempo". En relación a la crisis sanitaria, señala que prefiere no saber demasiado, aislado junto con su familia en su caserío, Batzarre, un lugar que tiene siempre las puertas abiertas pero que desde el estado de alarma ninguna visita ha cruzado el umbral.