Novela y relato. Parece lo más obvio, pero también es lo que más sentido tiene. Luis Sepúlveda llegó a muchos hogares del Estado después de la publicación de Un viejo que leía novelas de amor en 1993 -cuatro años después se instalaría en Oviedo-. Es muy posible que ya haya leído su obra, editada en su mayoría por Tusquets, y es un buen momento para su relectura. El chileno trató infinidad de géneros, destacando en la novela y el relato. Aun así, como buen trotamundos, habló sobre su pasión en Patagonia express, mientras que en las cortas Diario de un killer sentimental y Yacaré se propuso escribir noir, a su manera. También es un referente de la literatura infantil, género que trabajó en sus múltiples Historias..., al tiempo que sus relatos predilectos fueron recopilados en Desencuentros.