donostia - La tradición marítima vasca viaja a la capital española de la mano del fotógrafo vizcaino Mikel Eskauriaza, que expone en la sala de la Nao San Diego del Museo Naval de Madrid una colección de 23 imágenes sorprendentemente parecidas entre sí y que tienen como protagonistas a los atuneros vascos fotografiados en el océano Índico.

¿Cómo surgió el proyecto ‘Baporak’?

-Baporak nació con la intención de poner rostro y dotar de una imagen a una realidad que permanece oculta al público general: las actividades comerciales en el espacio marítimo internacional, sobre las que se basa el sistema económico globalizado.

En sus fotografías ha hecho una simulación de pinturas marinas.

-Adopto el esquema formal de los retratos navales en la pintura del siglo XIX. Era algo que estaba muy sistematizado por pintores especializados como Roberto Génova en nuestro contexto más cercano y, principalmente, por Antonio Gasparo Jacobsen. Consistían en una delineación lateral descriptiva de un barco pegada sobre un fondo de cielo y mar ambientado en diferentes condiciones. Habitualmente solían ser encargos de armadores y capitanes y tenían una función legitimadora y de reivindicación de un poder naval y económico. Yo he tomado este esquema como recurso de catalogación, pero he cambiado su uso y aplicado una técnica contemporánea.

¿Por qué ha elegido por los atuneros vascos y el océano Índico?

- Decidí tomar la flota vasca del Índico porque me parecía un fenómeno cercano y peculiar, sobre todo por su marcada identidad. Los atuneros vascos del Índico nos sirven de ejemplo y de traducción local de un fenómeno mucho más global.

La cultura marítima tiene gran importancia en la economía global. ¿Cómo ha tratado de plasmarlo?

-Las actividades comerciales marítimas y el tráfico mercancías por mar son la base donde se sustenta la realidad financiera. Considero que es su base real, como lo expresa Rose George en su libro Noventa por ciento de todo. Según dice, es “la industria invisible que te viste, te llena el depósito de gasolina y pone comida en tu plato”. En mis obras he querido plasmar el mar como generador del capitalismo y la modernidad.

Históricamente, el mar y los vascos tienen una relación muy estrecha. ¿Qué diferencias y similitudes ve entre pasado y presente?

-En primer lugar, los vascos fueron pioneros de la primera actividad preindustrial a nivel mundial: la caza de la ballena y la producción de diversos productos como el aceite de ballena, que se utilizaba para alumbrar las casas y calles de Occidente.? Actualmente se percibe el eco de aquel periplo, pero cambian Terranova e Islandia por el Índico y el Pacífico.? También se da el inquietante símil visual de la antigua chalupa ballenera y el esquife pirata moderno.

En cuanto al proceso de trabajo, ¿cómo ha tomado cada una de las fotografías?

-Casi la totalidad de las fotografías están realizadas en el Índico, excepto los dos barcos de Echebastar Fleet en el Cantábrico. También he fotografiado el Izaro en el Mediterraneo en su singladura hacia el Canal de Suez.? Para poder mantener el mismo encuadre de las fotografías, medir la distancia y darles ese aspecto de los retratos navales, he inmortalizado estos barcos desde una embarcación auxiliar. También tengo imágenes que no están en la exposición, ya que el proyecto Baporak se completa en un libro de próxima publicación con otras fotos y textos que amplían el relato. En él se recoge la documentación que he obtenido mientras trabajaba.

¿Qué dificultades ha tenido a la hora de llevar a cabo el proyecto?

-La realización de cada imagen constituye una historia en sí misma a nivel logístico, de información y condiciones físicas, entre otros factores. Mantener el rigor del esquema formal constante, con la misma proporción de cielo y mar en un horizonte continuo, la lateralidad total del barco y las distancias supone un reto técnico en sí mismo, a pesar de la aparente simplicidad de las imágenes.

¿Ha conocido los barcos y se ha relacionado con los arrantzales?

-Era imprescindible conocer cómo funcionan las embarcaciones; he tenido la gran suerte de encontrarme con gente que amablemente me ha acogido y me ha brindado su ayuda. Les agradezco por ello, especialmente a todos en Echebastar y a las tripulaciones del Elai Alai, Alakrana, Alakrantxu, Campolibre Alai, Erroxape, Demiku, Izaro, Euskadi Alai y Jai Alai.

Sus fotografías marinas están en Madrid. ¿Qué acogida cree que tendrán?

-La presentación de Baporak en ese contexto dota al trabajo de líneas de sentido nuevas y refuerza su radicalidad formal al encontrarse en un contexto en el que a nivel de lenguaje se mimetiza. ?He podido comprobar el interés que despierta lo marítimo en Madrid, sorprendentemente a veces mayor que en lugares donde forma parte de nuestro paisaje cotidiano.