tras el paso de los hipster, que pusieron de moda las gafas de pasta, los estilismos vintage y la defensa del medio ambiente, llegan los muppie, una nueva generación de nativos digitales que pueden hacer mil cosas a la vez, al tiempo que se desviven por llevar una vida sana. Muppie, término inventado de la unión de millenial y yuppie por la escritora estadounidense Michelle Miller en su libro The Underwriting, engloba a una serie de jóvenes que se esfuerza para conseguir el éxito laboral, más por satisfacción personal que por una buena remuneración. “Esta nueva generación, de entre 22 y 35 años, pasa una hora al día buceando en Internet, treinta minutos realizando compras online y cuarenta minutos confeccionado el menú del día siguiente”, escribe Miller. Trabajan en lo que les gusta, son solidarios y adictos a las redes sociales, pero su verdadera droga es el deporte y la ingesta de alimentos saludables. No conciben la realidad sin tecnología, crecieron con el CD, el MP3 y el MP4 y la Play Station, viven pegados al smartphone y Twitter es su fuente de información. Cuentan con una buena formación, generalmente con estudios superiores, dominan dos idiomas, incluso tres, han estudiado en el extranjero y se han ocupado de engrosar su currículum con cursos específicos y algún que otro máster. Unas veces remunerada y otras no, presumen de una larga experiencia profesional en la que han podido ser desde diseñadores hasta Dj, pasando por bloggers, modelos por un día u organizadores de eventos.

Tras esa experiencia, crean su propia empresa, ese proyecto con el que tantas veces han soñado y que, más que darles beneficios, les divierte y les hace sentir bien. Para un muppie, el dinero no es lo más importante, prefieren disfrutar de las pequeñas cosas y darse algún que otro capricho. Su vida social se mueve en Instagram y Facebook. Les encanta viajar, conocer nuevas culturas y disfrutar de la gastronomía, vivencias que en unos segundos comparten en las redes, su objetivo es conseguir más seguidores. Recurren al yoga y al running para desconectar del trabajo. La fotografía, el cine, la literatura, las manualidades, hacer punto o coser son algunas de sus aficiones. Entre su prioridades se encuentra la salud y el bienestar. Adoran los productos ecológicos, los zumos de frutas, verduras y alimentos saludables como el brécol, kale (berza o col rizada), miso, los frutos rojos o las nueces. Prefieren el pan artesano y dulces ecológicos e hipocalóricos, ricos en soja, avena o cebada malteada. Son responsables con la naturaleza y están concienciados con la importancia de preservar el medio ambiente, entre sus hábitos está el reciclaje.

En cuanto a su estética, visten con ropa de firma, pero sin seguir tendencias, imponen su estilo informal y rehuyen los trajes de chaqueta, son fans de los vaqueros de última generación y prendas que declinan el estilo preppy. Bolsos, carteras y zapatos, junto con los accesorios para personalizar la tableta y el móvil, son sus complementos favoritos. No miran hacia el futuro, prefieren vivir el día a día, sin grandes planes y disfrutar de las buenas cosas que les brinda la vida.