Planes que se hacen humo
Primero, una moratoria. Después, un redimensionamiento incierto. Y, ahora, la posibilidad de que Musikene se incorpore a Tabakalera. En 15 días el proyecto, sin director, se ha reinventado tres veces.
EN apenas quince días, el proyecto de Tabakalera ha corrido el riesgo de sufrir una moratoria, un retraso sin fechas hasta que las arcas públicas se recuperen, propuesto por Odón Elorza; ha visto que la tregua se convertía en un redimensionamiento -cambiará, aunque no se sabe cómo-, acordado oficialmente por su Consejo de Administración, compuesto por el Ayuntamiento, la Diputación y el Gobierno Vasco; y ha asistido a la dimisión de su principal referencia, el director general del centro, Joxean Muñoz, al que se le había renovado su contrato en marzo. Se sigue sin saber nada, pero en su camino hacia ninguna parte, a Tabakalera le han colocado un compañero de viaje: Musikene.
El alcalde donostiarra, que ya había mencionado su preferencia por que el Centro Superior de Música del País Vasco, cuya sede tiene su particular historia desgraciada, se insertara en Tabakalera, envió el pasado jueves una carta a la consejera de Educación, Isabel Celàa, en la que transmitía que las tres instituciones estaban de acuerdo "en estudiar con carácter inmediato la viabilidad de situar la sede de Musikene en nuestro edificio con la superficie que precise (en torno a 10.000 metros cuadrados), con menor inversión y con un auditorio y salas de conciertos de usos compartidos".
Esos 10.000 metros cuadrados que ocuparía el Centro Superior de Música del País Vasco hipotecarían el resto de actividades de Tabakalera que cuenta, en total, con 27.000. En un segundo punto de la misiva, Elorza menciona "la posible necesidad de dotar al edificio de una planta más".
La ocurrencia no encaja demasiado bien con la principal idea del plan de choque del centro de cultura contemporánea: "reducir sustancialmente el presupuesto". La redimensión afecta al proyecto arquitectónico, pero también al cultural porque uno de los gastos que se pretende reducir, precisamente, es el coste económico de la gestión, su funcionamiento. Si la forma va a ser adaptada, el contenido no va a sufrir menos modificaciones.
Según ha podido saber este periódico, ni al Departamento de Educación del Gobierno Vasco, al que compete Musikene, ni al área de Cultura, socia de Tabakalera, le entusiasmaría la incorporación de Musikene. La propuesta de Elorza, sin embargo, es firme: "El proyecto Tabakalera, como centro de la cultura de la imagen, se vería reforzado con la presencia de Musikene. Situar la sede de Musikene en Tabakalera es una apuesta decisiva por hacer converger imagen y sonido".
Además de la cuestión espacial y presupuestaria, sí parece complicada la fusión entre la concepción de Tabakalera como un centro en el que confluyen distintas disciplinas artísticas, pero con el eje vertebrador de la creación, y uno docente.
En cualquier caso, la decisión se adoptará antes de final de 2011.
El equipo de GAZ Arkitektoak, responsable del proyecto de la sede de Musikene, que lleva dando vueltas desde 2007, está realizando ajustes a su idea de acuerdo a las recomendaciones de los técnicos del Departamento de Educación, en principio para la parcela prevista en la plaza Europa.
En Tabakalera, los contratos para derribos y el desmantelamiento del edificio están en suspenso. El plazo máximo en el que pueden permanecer detenidas sin que haya que indemnizar al empresario (un 3% del precio de la adjudicación) es de seis meses.
Y entre tanta declaración pública, la imagen del proyecto cultural se desvirtúa y parece desvanecerse el espíritu del acuerdo de marzo de 2008, en el que el Ayuntamiento, la Diputación y el Gobierno Vasco decidieron trabajar conjuntamente, acordando una fusión generosa de servicios, sin secretos, sobresaltos o humo.