Desde niña siempre he admirado la belleza de la naturaleza, y por eso observarla y disfrutar de ella se ha convertido en uno de mis mejores pasatiempos.La palabra naturaleza engloba infinidad de cosas, desde una pequeña margarita hasta la montaña más alta del mundo. Hablando de montañas, el otro día, en la cima de una, me pregunté: ¿este bonito paisaje desaparecerá algún día? Pues posiblemente sí, si no nos concienciamos sobre la importancia de la naturaleza, será como si nunca hubiese existido, la destruiremos sin ni siquiera darnos cuenta.Vivimos en una sociedad egoísta, en la cual sus habitantes se sienten dueños de todo aquello que les rodea. Pero desde mi punto de vista, nuestro planeta, la tierra, es un regalo que debemos conservar. Algunos creen que nuestro hogar fue creado por un fenómeno natural, otros por un dios, y hay personas que prefieren no pensar en ello. Pero independientemente de lo que cada uno crea, es indiscutible que no nos pertenece, sino que, al igual que otros animales como los lobos o los tigres, nosotros pertenecemos a ella.Con estas líneas tan solo quiero conseguir que cada uno de nosotros reflexione sobre la importancia de la naturaleza y de si estamos haciendo todo lo posible por cuidarla y mantenerla.¿Merece la pena destruir los únicos lugares donde se respira absoluta tranquilidad?, ¿realmente queremos dejar de escuchar el agua caer por las cascadas o de ver en la oscuridad las luces de las luciérnagas?A pesar de que muchos paisajes que un día fueron contemplados con admiración se hayan destruido y algunas especies de animales se hayan extinguido para nunca regresar, queridos lectores, nunca es demasiado tarde para cambiar.