El Festival de Cine de San Sebastián no vetará a cineastas rusos por la invasión de Ucrania. Por fin salen voces discordantes al boicot de todo lo que suene a ruso. Me parece acertada la decisión. No debemos castigar a todo ciudadano ruso por lo que haga su despótico presidente. Algunos dirán que todos los rusos son culpables porque han permitido que un dictador masacre Ucrania, pero en España tuvimos 40 años a otro canijo dictador que murió de viejo en la cama. ¿Alguien hizo algo para remediarlo? Por lo tanto, menos lobos y dejemos en paz al ciudadano normal. Otra cosa son los oligarcas, a esos hay que darles donde más les duele: incautar sus yates, mansiones, paraísos fiscales... Pero están dejando escapar sus lujosas embarcaciones, y no es por torpeza ni porque el Parlamento Europeo vaya lento en tomar decisiones, no, la razón es otra: si se abre el melón contra los oligarcas rusos, ¿cómo van a poder seguir financiando a ciertos políticos de la Eurocámara? Además, si vamos a por todos los oligarcas, también deberíamos trincar a otros, como los nuestros, que gracias al giro de puerta llegan a los consejos de empresas energéticas y luego pasa lo que pasa. ¡Ah! Y otra cosa. ¿Qué es eso de que Facebook e Instagram ahora permiten amenazas de muerte contra Putin y su ejército? Putin será el malo malísimo, pero su ejército, donde hay críos haciendo la mili y les dijeron que eran unas maniobras, ¿también se merecen esas amenazas? Ya de paso, Zuckerberg podría permitir amenazas contra los terroristas del ISIS, que a malos no les gana nadie.