Últimamente los usuarios de cercanías entre Brinkola y San Sebastián se quejan de retrasos, de falta de interventores y de algunas averías que producen malestar y de no llegar a tiempo al trabajo, etcétera. Pero hoy me voy a referir al accidente que, afortunadamente, el jueves día 9 se produjo a la altura del apeadero de GabiriaGabiria entre Zumarraga y Beasain y que no registró ningún herido entre los 15-20 viajeros. No me parece normal que después de casi 20 días ininterrumpidos de lluvias intensas, las direcciones de Renfe y/o Adif no tomaran la decisión de suspender todos los trenes en ese trayecto de Altsasu a San Sebastián (89 kilómetros), con más de 25 túneles de entre 500 metros y tres kilómetros y con más del 60% del trazado entre trincheras, trincheras que, como ya no pueden soportar más absorción de agua, se desmoronan y van a caer a las vías. El accidente del jueves, como digo, fue un milagro porque se veían desprenderse metros cúbicos de tierra a cientos y así ocurrió el descarrilamiento de algunos vagones de esa UT. En tiempos no muy lejanos (25 años atrás), el servicio de vías y obras realizaba periódicamente una vigilancia a pie de tramos de vía y, cuando veían alguna incidencia, o bien establecían limitación de velocidad a todos los trenes o, en casos de lluvias prolongadas, se suspendía la circulación. El trazado entre Altsasu y San Sebastián es de un suelo muy acuoso, terreno muy movedizo, y recuerdo que por los años 1975-1990.,por el kilómetro 540/000 entre Altsasu y Zegama-Otzaurte, se inyectaron miles y miles de m(3) de cemento y carriles, en los llamados “pozos indios” para contener el terreno, con brigadas de la empresa Entrecanales. Aun y todo, ese terreno siempre es peligroso y más cuando diluvia. Esta vez ha habido suerte. Esperemos que Renfe y Adif tomen buena nota y hagan bien su trabajo para evitar accidentes más graves.