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Encantado, Sr. López

Ante la negativa de Urkullu y del PNV a las relaciones propuestas por López, la Lehendakaritza ha emitido un comunicado en el que dice textualmente: "De la contestación del PNV se deduce que está más preocupado por seguir intentando el "alumbramiento" de un proyecto soberanista que lleva a la división interna y a la esterilidad".

Además de ser evidente que no es precisamente el PNV quien anda por ahí, va a resultar ahora que el proyecto que une a todos los vascos es el frente nacionalista español PSOE-PP. ¡Pobre Rosa Díez, le están robando el proyecto! Que el próximo Euskobarómetro les coja confesados.

La primera cuestión que es incorrecta y lleva a la confusión a la ciudadanía, es comparar el sistema de recogida puerta a puerta con la incineración, como si ambos fueran sistemas que entran en competencia. Así como contraponer a ambos en relación a los residuos que generan. En un caso se trata de un método para recoger la basura con el fin de ser tratada y en el otro hablamos de un sistema de valorización de residuos. Por tanto, debe quedar claro que el sistema de recogida puerta a puerta no evita la necesidad posterior de un vertedero o una planta de valorización energética mediante incineración.

En su carta señala que "la incineración es un tratamiento finalista que no deja residuos". Dudo que alguien con conocimiento y responsabilidad sobre este tema se haya atrevido a decir semejante barbaridad. La Incineración con Recuperación de Energía (IRE), como cualquier técnica de tratamiento de residuos, genera subproductos y residuos, algunos de los cuales pueden ser valorizados y otros han de ser eliminados. Los residuos de la moderna incineración de residuos urbanos están compuestos básicamente de la fracción inorgánica o mineral de la basura. Son escorias (hasta un 25%) y cenizas (hasta un 5%), si bien el volumen que representa respecto a la basura (que es lo que realmente importa para el vertido final), estamos hablando del 10% del total y sólo el 1% del volumen total de basura va a parar a un vertedero, tras previa inertización.

También dice que "esas cenizas y escorias?. se deberán almacenar en vertederos especiales, debido a su toxicidad" y que "hace tiempo que en los sitios donde funcionan las incineradoras se constató que esas cenizas y escorias son tóxicos". Debo decir con rotundidad que las cenizas se convierten en un residuo inerte al mezclarlas con cemento. En cuanto a las escorias, no son peligrosas (puede comprobarlo en el Catálogo Europeo de Residuos), y se valorizan, como las escorias negras de acería de Corrugados Azpeitia en Zestoa, por ejemplo (unas 200.000 toneladas anuales), que se incorporan al asfaltado, adoquines, arquetas y todo tipo de prefabricados de hormigón.

Por tanto, vemos que la cuestión aquí radica en que los residuos que se generen después de un proceso de valorización energética tengan un tratamiento que anule su potencial peligrosidad y eso está demostrado en los modernos procesos de incineración. En consecuencia, le ruego que se documente mejor antes de realizar afirmaciones que pueden alarmar injustificadamente a la población sobre un tema que es muy sensible e importante.

Joxi Etxezarreta Estala