Síguenos en redes sociales:

“No soy particularmente alto ni fuerte para jugar de ala-pívot, pero tengo mis armas”

Will Hanley (Connecticut, 12 de marzo de 1990) es uno de los nombres propios del GBC en este inicio liguero. Cumple su segundo año en el equipo y su progresión respecto al pasado curso es espectacular

“No soy particularmente alto ni fuerte para jugar de ala-pívot, pero tengo mis armas”

donostia - El ala-pívot estadounidense con pasaporte irlandés (su abuela nació allí) es titular indiscutible y promedia 10,9 puntos, 5 rebotes, un balón robado, 2,4 faltas recibidas y 12 de valoración, cifras que duplican las que consiguió el año pasado. Hanley lo achaca a que ya conoce mejor la ACB y a la “confianza” que le da el entrenador, Jaume Ponsarnau. Sea cual sea el motivo, el equipo se beneficia de un jugador distinto, difícil de clasificar, que como él mismo reconoce, no es ni muy alto ni muy fuerte. Tampoco es un gran tirador ni un gran penetrador. Pero sabe rebotear y siempre encuentra alguna manera de hacer daño a la defensa rival.

Contra el Laboral Kutxa se hizo un esguince de grado dos en el tobillo. Es un pequeño milagro que pudiera jugar ocho días después, este pasado domingo, ante el Manresa. ¿Cómo se sintió?

-En el partido me sentí bastante bien, pero durante la semana casi no pude entrenar. Hice algo con el equipo el viernes, pero el sábado descansé. Me suelo recuperar rápido. Quería jugar, eso seguro, no me gusta perderme entrenamientos ni partidos. Ahora me siento aún mejor del tobillo.

Ponsarnau dijo en la previa del choque que usted no se había perdido nunca un partido. ¿Es eso cierto?

-Sí. No me he perdido ninguno, ni por lesión ni por enfermedad. He tenido suerte, porque he tenido lesiones pero siempre fuera de temporada. Un verano me rompí una muñeca y otro me lesioné en el hombro.

Ha dado un gran paso adelante esta temporada en comparación con la anterior. ¿Por qué?

-Es cierto, me siento mejor. Es mi segundo año en el equipo, siento que tengo un rol más importante y siento más confianza en mí mismo. Esa es la clave. Y también la experiencia. La ACB hay que conocerla.

Hace año y medio estaba jugando en el Oviedo de LEB Plata.

-Sí, fue mi primer equipo después de la universidad. Probé una semana, les gusté y a mí también me agradaron el club y la ciudad. Fue una gran decisión fichar por el Oviedo. Todos me ayudaron mucho. Fuimos campeones, subimos y me eligieron MVP (mejor jugador). Tengo el trofeo en Estados Unidos.

El paso entre la LEB Plata y la ACB es muy grande.

-Sí, pero quería darlo. Sito Alonso pidió mi fichaje expresamente, así que se lo agradezco.

Le costó adaptarse a la máxima categoría.

-Sí, era un salto grande porque venía de jugar dos categorías más abajo. Creo que adaptarse a una competición como la ACB es algo que requiere su tiempo, sobre todo mentalmente. El año pasado no me sentía muy confiado y me centré en la defensa y el rebote, pero este año estoy añadiendo mis virtudes en ataque. La experiencia anterior en el Valencia fue demasiado corta. Solo jugué cuatro partidos.

Ponsarnau le da esa confianza que necesitaba.

-Sí, mucha. El otro día contra el Manresa, por ejemplo, jugué el último cuarto completo pese a no haber entrenado casi durante la semana.

Usted explotó en la 31ª jornada de la pasada temporada, en el derbi ante el Laboral Kutxa en Vitoria con 17 puntos antes del descanso. ¿Se dio cuenta ahí de que podía hacerlo bien en ACB?

-Siempre supe que podía hacerlo bien en ACB, pero en ese partido di un paso adelante y demostré lo que podía ofrecer en la cancha. Fue mi primer partido de la temporada en el quinteto inicial, porque se había lesionado Charles Ramsdell.

¿Le resultaba difícil rendir saliendo desde el banquillo?

-Era la primera vez en mi carrera que salía del banquillo. Es distinto. Quizás lo acusé, no lo sé.

¿En qué es distinto Jaume Ponsarnau de Sito Alonso?

-Los dos tienen muy claro lo que quieren, pero con Jaume me siento más cómodo, quizás porque es mi segundo año. Sito es un gran entrenador, tengo muy buen recuerdo de él.

Me dicen que este pasado verano trabajó más que nunca.

-No creo, trabajé como siempre. Me gusta entrenar y progresar en verano. Descanso un par de semanas, y luego me ejercito de varias maneras. Por ejemplo jugué una liga de verano en Nueva York.

Es usted un jugador diferente, difícil de clasificar.

-Sí, puede ser. No soy particularmente alto ni fuerte para jugar de ala-pívot, pero tengo mis armas y saco ventajas de ello. Por ejemplo, soy rápido y trato de beneficiarme de ello corriendo el contraataque.

Apenas bota el balón. La entrada a canasta no es una de sus armas.

-No. Mi juego es jugar sin balón, perderme entre el ataque y anotar bandejas, así ha sido siempre. Necesito un buen base que comprenda mi juego y me ayude.

Parece que se entiende bien con Jared Jordan.

-Sí, él sabe muy bien dónde tiene que poner el balón y los demás nos beneficiamos de eso. El base con el que jugué en Oviedo, Fran Cárdenas, es de ese estilo, buenos pasadores que piensan en asistir antes que en tratar de anotar. Con Javi Salgado también me entendía bien.

Está tratando de mejorar su tiro exterior.

-Sí, el año pasado apenas tiré y solo metí un triple en toda la temporada. Este año confío más en mi tiro. Es necesario en ACB para un jugador en mi posición.

¿Cree que podrá mantener este nivel durante toda la temporada?

-Creo que sí, voy a trabajar duro para que sea así. Espero que sí, pero veremos. Me empezarán a conocer más, pero tengo confianza y voy a demostrar de lo que soy capaz.