- El Pleno del Parlamento Europeo rechazó ayer el informe que marcaba sus líneas rojas sobre la reforma del comercio de emisiones, después de la adopción de varias enmiendas que rebajaron la ambición de lo pactado previamente, lo que en la práctica frena el proceso porque el asunto deberá volver a ser discutido en comisión parlamentaria. Con 340 votos en contra, 265 a favor y 34 abstenciones, los eurodiputados rechazaron el informe que marcaba la posición negociadora de la Cámara respecto a la reforma del comercio de emisiones, con lo que también cayeron otras dos piezas sobre el mecanismo de ajuste de carbono en frontera (CBAM) y al fondo social para el clima.

Los grupos parlamentarios europeos se responsabilizaron entre sí por el resultado de la votación. El grupo socialista y el grupo de los verdes acusaron al Partido Popular Europeo de pactar ciertas enmiendas con grupos de la extrema derecha para lograr una reducción en la ambición de los objetivos de emisiones. Unos reproches a los que el Partido Popular Europeo respondió acusando a las fuerzas progresistas de votar con la ultraderecha para tumbar el informe en el último momento después de que, el grupo socialista pidiera un receso para poder reorganizar postura, al considerar que había enmiendas que cambiaban el sentido y se tenía que cambiar la estrategia.

De hecho, una de las enmiendas que provocó el cambio en el sentido del voto de los progresistas retrasaba a 2034 los objetivos de eliminación de los derechos de emisión gratuitos, frente a la fecha de 2030 que fijaba el primer texto adoptado en comisión de Medio Ambiente.

Otra de las enmiendas, presentadas por los populares europeos planteaba que el Fondo Social Europeo, que tiene por objetivo garantizar la transición justa para la ciudadanía, se pudiera destinar a empresas. Una propuesta que fue rechazada y para que, finalmente, el Parlamento haya aplazado la adopción del Fondo Social Europeo y el CBAM.

Asimismo, la Eurocámara apoyó la propuesta de la Comisión Europea para que en 2035 dejen de venderse coches y furgonetas con motor de combustión en la Unión Europea, iniciativa que todavía tiene que negociarse con los Estados miembros de la UE.

La fecha de 2035 para que solo se puedan comercializar vehículos nuevos de cero emisiones fue aprobada por 339 votos a favor, 249 en contra y 24 abstenciones.

De cara a la negociación final con los países, los eurodiputados respaldaron una senda de reducción de emisiones de las flotas de utilitarios del 15% en 2025 en relación con 2021, del 55% en 2030 y del 100% en 2035, mientras que la reducción que se exige a las furgonetas al final de la década es del 50%.

Se espera que los países de la UE debatan su posición sobre la descarbonización de la automoción en el consejo de ministros de Medioambiente que se celebrará el próximo 29 de junio en Luxemburgo. El transporte es uno de los sectores que más CO2 libera en la UE y solo los coches producen el 12% del total de emisiones de gases de efecto invernadero.

La normativa final saldrá de la negociación que emprendan Parlamento, Consejo y Comisión a partir del segundo semestre del año. El voto sobre el dióxido de carbono de los vehículos es solo una pequeña parte del colosal paquete legislativo “Fit for 55” para reducir al menos un 55% las emisiones de CO2 de la UE en 2030 respecto a 1990 y alcanzar la neutralidad climática en 2050.