El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha dejado claro este miércoles en una serie de contactos preparatorios a la cumbre de líderes de esta semana que no respaldará en ningún caso que se apliquen sanciones sobre la energía rusa, ya que Hungría depende en gran medida de este suministro.

Orbán ha hablado con varios de sus homólogos y también con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, para advertir de que, aunque ha secundado los movimientos del bloque contra Moscú en estas últimas semanas, el petróleo o el gas suponen una línea roja.

En este sentido, ha afirmado que los ciudadanos europeos ya están notando los efectos de las sanciones y que, una presión adicional sobre el sector energético, afectaría de forma despedida a hogares y empresas, según el Gobierno húngaro.

"El Gobierno no permitirá que los húngaros paguen el precio de la guerra", ha advertido Orbán, quien ha recordado que la mayor parte del suministro que recibe Hungría procede de Rusia. Más de un 90 por ciento de los hogares tienen gas.