- La batalla por la jefatura del Estado italiano llegará al Parlamento el próximo 24 de enero, cuando comenzará una incierta carrera en la que suenan nombres como el del presidente del Gobierno, Mario Draghi, o el incombustible ex primer ministro Silvio Berlusconi, mientras aumentan las peticiones para que se vote a una mujer.

Los partidos ya están inmersos en la búsqueda del sucesor de Sergio Mattarella, pues el consenso resulta fundamental: sin mayoría parlamentaria se disolverían las Cámaras y se convocarían elecciones, algo que beneficiaría a la extrema derecha, según muestran los sondeos.

De momento han sido convocados 1.009 participantes en las votaciones en el Palacio de Montecitorio, la sede de la Cámara Baja, para elegir al sustituto de Mattarella, cuyo mandato expira dentro de un mes: 630 diputados, 321 senadores y 58 representantes regionales. Para salir elegido, en las tres primeras votaciones se necesitan 673 votos, pero a partir de la cuarta vale con una mayoría simple de 505. Mattarella superó ampliamente esa cifra hace siete años, al obtener 665.

A partir de ahora se incrementarán los contactos entre los partidos, que llevan meses trabajando en buscar el sustituto de Mattarella, a pesar de que algunos le siguen considerando candidato, como los senadores del anticasta Movimiento 5 Estrellas (M5S), en una petición que parece más una estrategia para ganar tiempo.

De eso mismo acusa el líder de la ultraderechista Liga, Matteo Salvini, al secretario general del Partido Demócrata (PD), Enrico Letta, empeñado en una compleja partida para colocar al actual primer ministro en el Quirinale, a pesar de que eso abriría una encrucijada sin precedentes.

Está claro que el candidato más sólido es Draghi, el jefe de Gobierno con mayor consenso de los últimos años. Pero para reemplazarle, Letta, cuya estrategia no todos apoyan en su partido, necesitaría una figura con una amplísima mayoría que parece difícil de encontrar.

Otro nombre en liza es el de Berlusconi, apoyado por el centro derecha de su partido, Forza Italia, y los ultraderechistas Liga y Hermanos de Italia, aunque es improbable que logre los votos necesarios.

A pesar de que a Berlusconi le salen las cuentas, Salvini trabaja en una reunión de todos líderes políticos y consensuar “al menos un método”, pero Letta la ha vetado mientras siga en juego el nombre de Berlusconi.

Este domingo, intelectuales y artistas italianas, lideradas por la escritora Dacia Maraini, pidieron, en un llamamiento en los medios, que se elija a una mujer. La elección de una italiana como presidenta sería “un gran acto de confianza y estima colectiva”, algo de lo que se ha privado históricamente a las mujeres y que impulsaría el feminismo en el país, explicó a Efe Maraini, una de las voces más concienciadas de la literatura europea y defensora de los derechos civiles.

Poeta, narradora y dramaturga, Maraini no ha dudado en lanzarse a sus 85 años a la siempre compleja arena pública italiana para pedir que una mujer alcance la jefatura del Estado: “No tengo mucha confianza, pero espero que sí. Creo que sería un acto de justicia y libertad”.

También suena con fuerza el nombre de la actual ministra de Justicia, Marta Cartabia, junto a los de los ex primeros ministros Romano Prodi y Giuliano Amato.