- El Partido Socialdemócrata alemán (SPD) aprobó ayer en un congreso extraordinario el pacto de coalición semáforo con el que su líder, Olaf Scholz, aspira a ser investido canciller, al frente de un tripartito inédito a escala federal con verdes y liberales. El 98,8% de los delegados socialdemócratas refrendó el acuerdo por aplastante mayoría, en un congreso en formato híbrido virtual y presencial marcado por la celebración unánime de la victoria electoral en los comicios del pasado septiembre y del momento de unidad que atraviesa el partido.

Durante su intervención, Scholz pidió a los delegados apoyo para una coalición de gobierno unida por la fe en el progreso que, según defendió, marcará un punto de inflexión y resurgimiento tanto para Alemania como para el SPD. “El progreso nos define a todos, SPD, FDP, Verdes y nos distinguimos de otros en la bancada de la Oposición porque tenemos una visión,“ aseveró Scholz, que incidió en que los socios no miran con nostalgia al pasado y comparten la idea del futuro como algo que “puede ser logrado”.

La primera tarea del nuevo Ejecutivo, destacó el que será previsiblemente futuro canciller, consistirá en “proteger la salud de los ciudadanos, mantener unido el país y combatir la pandemia con todas nuestras fuerzas”, una tarea que, según afirmó, han emprendido incluso antes de tomar posesión.

Scholz repasó además algunas de las medidas estrella del acuerdo, como la subida en 12 euros del salario mínimo y la promesa de una transición energética que contribuya a frenar el cambio climático, aunque su discurso se centró en la idea de una oportunidad histórica para cambiar el país.

El líder socialdemócrata trazó paralelismos entre el momento actual, tras 16 años de gobierno de Angela Merkel, y 1969, cuando con Willy Brandt llegó por primera vez un socialdemócrata a la cancillería.

También rememoró la elección de Gerhard Schröder en 1998, cuando el propio Scholz se sentó por primera vez como diputado en el Bundestag y señaló que “debemos lograr de nuevo una renovación semejante”.

“Muchos han crecido hoy día con la idea de que se sobreentiende que un líder conservador dirija el Gobierno. Pero no, no se sobreentiende, y un canciller socialdemócrata dirigirá la república,” alardeó.

El actual ministro de Finanzas en funciones reconoció que en las últimas legislaturas el SPD estuvo presente en el Gobierno como socio menor, pero atribuyó la falta de avances sociales en los últimos años a los “frenos” impuestos por los conservadores. Además, Scholz expresó la ambición de ser reelegido en 2025, ya que las tareas que pretende afrontar su Ejecutivo, por ejemplo en el ámbito del clima y de la construcción de infraestructuras, no se pueden completar a corto plazo.

Durante sus intervenciones, los delegados del ala más izquierdista del partido no se ahorraron críticas con algunos aspectos del pacto, reclamando más medidas sociales, en particular en el ámbito de la vivienda, y menos concesiones a los “neoliberales” del FDP. Sin embargo, todos manifestaron que el acuerdo de coalición representa una “oportunidad”, de forma que éste fue aprobado por aplastante mayoría con 598 síes, tres abstenciones y tan solo siete votos en contra.

El SPD es el primero de los tres partidos en refrendar el acuerdo; está previsto que los liberales hagan lo propio hoy y mañana finaliza el plazo de la consulta a las bases lanzada por los Verdes al mismo efecto.

De no haber contratiempos, el pacto de Gobierno podría ser firmado el 7 de diciembre y Scholz, que todavía no ha anunciado los nombres de los ministros de su partido, tomaría posesión como canciller al día siguiente.

Los socialdemócratas encaran la semana próxima la renovación de su cúpula. El partido estará copresidido por Lars Klingbeil y Saskia Esken y el nominado a la secretaría general es Kevin Kühnert.

“Es una oportunidad de un nuevo comienzo (...) Tenemos una idea clara de cómo va a terminar”

Líder del SPD