- Austria sufrió ayer una nueva convulsión política con el anuncio del canciller federal, Alexander Schallenberg, de que dimitirá de su cargo ya que no desea asumir la presidencia del gobernante Partido Popular (ÖVP) tras la retirada de la política del hasta ahora jefe de la formación, Sebastián Kurz, investigado por corrupción. “No es mi intención y nunca ha sido mi objetivo asumir el cargo de líder del Partido Popular”, señaló Schallenberg, en el poder desde mediados de octubre, a través de la publicación de un comunicado.

La dimisión se hará efectiva en cuanto el ÖVP haya designado un nuevo líder del partido, quien según la prensa austríaca será probablemente el ahora ministro del Interior, Karl Nehammer.

La retirada del cargo de Sebastián Kurz, líder de la formación popular desde 2017 y desde entonces dos veces canciller federal, desató hoy todo un terremoto en la formación conservadora, que ahora debe elegir a un nuevo líder, quien además asuma el puesto de jefe de Gobierno. “Tengo la firme convicción de que los dos cargos -jefe de Gobierno y jefe del partido más votado de Austria- volverán a estar pronto en manos de la misma persona”, dijo Schallenberg en la nota difundida ayer.

El diplomático de formación era ministro de Exteriores cuando asumió la jefatura del Gobierno el 11 de octubre pasado, después de que Kurz dimitiera como canciller federal por las acusaciones e investigaciones contra su persona llevadas a cabo por la fiscalía de anticorrupción austriaca.

En ese momento, Kurz pretendía permanecer cerca del poder al mantener las posiciones de jefe del partido y portavoz parlamentario del ÖVP, cargos de los que dimitió ayer mismo para ocuparse de su hijo recién nacido y para buscar un trabajo en la actividad privada y, de momento, totalmente apartado de la vida política.