- El primer ministro italiano, Mario Draghi, y el presidente francés, Emmanuel Macron, firmaron ayer en Roma el Tratado del Quirinal, un acuerdo considerado por ambos “histórico” con el objetivo de impulsar el eje franco-italiano en Europa y comenzar una nueva era en las relaciones entre los dos países, una vez superadas las dificultades de los últimos años. “Buscar la soberanía europea significa diseñar el futuro de la Europa que queremos, no de la que quieren otros”, dijo Draghi tras la firma en la rueda de prensa conjunta con Macron, quien resaltó que París y Roma comparten una visión de una Europa “más integrada, democrática y soberana” y que su relación se ha mantenido incluso “en los periodos más difíciles”, como durante la pandemia.

El pacto sellado por Draghi y Macron supone un avance en la colaboración bilateral en política exterior, seguridad y defensa, justicia, política migratoria, cooperación económica e industrial, educación y cultura, entre otras. Pero esta alianza tiene también otra finalidad: favorecer un frente común de París y Roma, dando mayor peso a ambos países, en un momento delicado para el equilibrio de poderes en la Unión Europea (UE) con la marcha de la canciller alemana, Angela Merkel, tras más de quince años abanderando la política del Viejo Continente.

El Tratado del Quirinal “pretende reforzar la convergencia de las posiciones de París y Roma en Europa”, reconocieron fuentes del Gobierno italiano, que resaltaron que el acuerdo llega cuando “las relaciones bilaterales son excepcionales”. Aunque los vínculos franco-alemanes siguen siendo vitales para Macron, el presidente galo quiere mirar también hacia Italia, cuyo prestigio sube enteros desde la llegada al Gobierno de Draghi.

El buen momento entre Italia y Francia también se beneficia de la excelente relación personal entre Draghi y Macron, que se han encontrado hasta en seis ocasiones desde que el expresidente del Banco Central Europeo llegó al poder hace nueve meses para sacar a Italia de una crisis que ponía en cuestión la gestión de los millonarios fondos europeos concedidos por la pandemia.

El propio tratado es una muestra de ello, al cerrar un turbulento periodo que llegó incluso a la llamada a consultas del embajador francés en Italia cuando en 2019 el actual ministro de Exteriores, Luigi di Maio, se reunió con manifestantes antigubernamentales franceses conocidos como “los chalecos amarillos”.

El tratado cuenta con doce artículos sobre materias tan delicadas como migración, en la que se establece el “empeño común de una política responsable”; cooperación en terrorismo en África, desde donde los movimientos yihadistas amenazan a Europa; o defensa, cuando la UE debate crear su propio sistema de protección común, sin olvidar aspectos como el espacio, la ciencia o la cultura.

Obsequio del presidente galo. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, obsequió al papa Francisco -con quien se reunió durante una hora en el Vaticano- con dos biografías de San Ignacio de Loyola: una versión de 1585 escrita por el jesuita e historiador italiano Giovanni Pietro Maffei, y otra del escritor católico, abogado y miembro de la Academia francesa François Sureau, que ofrece un breve retrato de San Ignacio de Loyola, según ha confirmado la oficina de prensa de la Santa Sede. Se trata de la segunda reunión entre Francisco y Macron, tres años después de la visita de Estado que realizó el presidente francés al Vaticano en junio de 2018, una reunión que también duró casi una hora.