- El representante en Bielorrusia de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), Mulusew Mamo, se desplazó ayer al campamento de refugiados levantado en la frontera con Polonia, en la región bielorrusa de Grodno. “La situación es catastrófica y, según pasan los días, creo que será aún peor”, dijo, según un vídeo con sus declaraciones recogidas por Belta en las inmediaciones del puesto fronterizo de Bruzgui.

Mamo trajo ayuda humanitaria y departió con algunos de los refugiados, en su mayoría kurdos procedentes de Irak y Siria, que llegaron el lunes a la frontera.

Lukashenko estimó en 1.790 los refugiados que se encontraban esta mañana en el improvisado campamento, a lo que el autoritario dirigente bielorruso sumó otros 322, que se encontrarían del lado polaco.

“Los suministros de ayuda humanitaria continuarán”, agregó Mampo, que estuvo acompañado de un representante de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Esta primera operación humanitaria se ha realizado en colaboración con la Cruz Roja bielorrusa, según explicó Acnur. “Ahora la prioridad es evitar que se pierdan vidas y trasladar a la gente a lugares más seguros en Bielorrusia”, dijo en Twitter Filippo Grandi, alto comisionado para los refugiados.

El Comité Estatal de Fronteras advirtió que los inmigrantes carecen de agua y comida, a lo que hay que sumar las bajas temperaturas nocturnas en la zona, que bajarán de cero grados en los próximos días.

El presidente bielorruso ordenó prestar especial atención a las mujeres embarazadas y a los niños, y el envío de “leña seca” para que los inmigrantes puedan encender hogueras.

En este contexto, el primer ministro lituano, Gabrielius Landsbergis, pedirá a la ONU que presione a Bielorrusia para abrir un corredor humanitario que permita el retorno a casa de los migrantes congregados en la frontera con Lituania y Polonia.

Según publicaron ayer medios locales, Landsbergis propondrá que la ONU supervise que los migrantes que estén dispuestos a regresar a sus países de origen desde las zonas fronterizas puedan hacerlo de una forma segura.

Petición. Lukashenko, admitió ayer haber solicitado a Vladímir Putin ayuda para vigilar la frontera con la Unión Europea (UE), adonde Moscú envió bombarderos estratégicos. “¡Que chillen! Sí, son bombarderos capaces de portar armas nucleares. Pero no tenemos otra salida. Debemos ver qué es lo que hacen más allá de nuestras fronteras”, dijo Lukashenko, que explicó que los aviones sobrevolarán la frontera con Polonia, los países bálticos, todos los miembros de la OTAN y también Ucrania.