- Ayer entró en vigor una reforma urgente de la ley de extranjería polaca que permite expulsiones inmediatas de migrantes ilegales, sin que se consideren siquiera sus peticiones de asilo. La reforma legal permite que el agente de la autoridad que detenga a alguien que haya entrado ilegalmente en Polonia desde fuera de la Unión Europea (UE) pueda decidir expulsarlo al instante con la excepción de progenitores acompañados de hijos menores de edad.

La expulsión quedará registrada en un informe y su confirmación estará sujeta a la supervisión del jefe de la guardia fronteriza, pero su ejecución será inmediata. Además de expulsarle del país, al infractor se le impedirá volver a Polonia y a cualquier país del espacio Schengen durante un período de seis meses a tres años.

Por otro lado, la nueva ley señala que se efectuarán las expulsiones sin atender a ninguna petición de asilo o refugio a menos que el solicitante “provenga directamente de un territorio donde su vida o libertad estaban amenazadas, sufría persecución o amenazas de daños graves”.

Por último, se establece una pena de seis meses a cinco años de prisión para quien “destruya, modifique, mueva o inutilice” elementos de protección y delimitación de la frontera polaca, como vallas, alambradas o barreras.

En este contexto, Varsovia acusa a Bielorrusia de provocar una crisis migratoria en la frontera para “desestabilizar a la UE” y provocar una “guerra híbrida”. El jefe de Política Internacional de la Cancillería del presidente, Jakub Kumoch, afirmó ayer que, lejos de impedir el tránsito de personas a la frontera polaca desde su territorio, el régimen de Aleksandr Lukashenko permite que “más y más personas estén haciendo cola en los aeropuertos” para llegar a Minsk y desde allí a la frontera. “Se da la paradoja”, declaró Kumoch, “de que cuando a estas personas se les detiene en la frontera y se les pregunta si quieren solicitar asilo político, la respuesta suele ser no”.