- Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea se comprometieron ayer a donar “al menos” 100 millones de dosis de vacunas contra el covid-19 a países pobres antes de que acabe este año, así como a contribuir en los esfuerzos para aumentar la capacidad mundial de producción de sueros.

“La UE y los Estados miembros están comprometidos a acelerar el reparto de vacunas para apoyar a países en necesidad, con el objetivo de donar al menos 100 millones de dosis para finales de año y ayudar a desarrollar las capacidades locales de fabricación” de vacunas, según subrayaron los líderes en el texto pactado en la cumbre de Bruselas.

Los Veintisiete remarcan que solo se podrá contener la pandemia con una “respuesta global amplia” y recordaron que el bloque “es el mayor exportador de vacunas contra el covid-19 en el mundo”. Así, abogan por “acelerar los trabajos” para que el acceso a las vacunas sea “mundial y asequible” y apoya el “papel de liderazgo” de Covax al respecto. Ya en las últimas semanas, varios países anunciaron importantes donaciones de vacunas a países con poco acceso a sueros y tanto la canciller alemana, Angela Merkel, como el presidente francés, Emmanuel Macron, recordaron tras la cumbre que sus países compartirán 30 millones de dosis cada uno. España, por su parte, anunció en abril que preveía enviar 7,5 millones a Latinoamérica.

Los jefes de Estado y de Gobierno adoptaron este compromiso a la luz de la “aceleración” de las campañas de vacunación en la UE: unos 170 millones de europeos, un 46% del total, han recibido ya al menos una dosis, según los datos que trasladó a los líderes la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

En el conjunto de los Estados miembros se administraron 245 millones de dosis desde el inicio de la campaña de vacunación en diciembre del año pasado. Bruselas espera que se multiplique el suministro de dosis al bloque desde las 106 millones entregadas hasta marzo a los 413 millones que espera en el segundo trimestre y los 529 millones en el tercero.

Este ritmo, unido a una “mejora” en la situación epidemiológica, permitirá a juicio de líderes de la UE “una apertura gradual” de las sociedades europeas. A pesar de este optimismo, seguirán “vigilantes” ante la posible aparición de nuevas variantes, resumió el presidente del Consejo europeo, Charles Michel.

El texto pactado en la cumbre también celebra el acuerdo entre las instituciones europeas para poner en marcha a partir de julio el certificado que facilite este verano viajar a los europeos que hayan sido vacunados, tengan anticuerpos o dispongan de una PCR negativa.

En esta línea, y como “siguiente paso” tras la aprobación de este certificado, los jefes de Estado y de Gobierno de la UE pidieron al Ejecutivo comunitario que revise las recomendaciones sobre restricciones que aplicar a los turistas europeos. Con respecto al certificado digital para facilitar los viajes, Von der Leyen, avanzó que la “infraestructura tecnológica” de dicha herramienta estará preparada el 1 de junio y los países podrán empezar a “conectarse” desde mediados de ese mes.

Los líderes abordaron también cómo reducir las emisiones de CO2 en 2030 en al menos un 55% respecto a 1990 para descarbonizar la economía europea, tal y como recoge la Ley Climática. El siguiente paso natural será el debate sobre las doce propuestas legislativas concretas que la Comisión presentará a mediados de julio, pero antes los líderes querían mantener una reflexión compartida, y cara a cara, sobre cómo alcanzar esa meta, más que zambullirse en un debate técnico sobre propuestas. “Ha sido una oportunidad de expresar prioridades, preocupaciones legítimas. Confiamos en que la Comisión tenga en cuenta (...) los diferentes puntos de partida en diferentes países. Es un debate muy complejo con muchas áreas interconectadas”, resumió Charles Michel.

El presidente del Consejo Europeo confirmó que los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete volverán a abordar la crisis climática “una vez la Comisión haya puesto sus propuestas legislativas sobre la mesa”. Los líderes pidieron que se mantenga el principio de que los esfuerzos exigidos deben estar vinculados a la renta per cápita de cada país.

Corredores humanitarios. El primer ministro italiano, Mario Draghi, pidió a los países miembros de la Unión Europea que acuerden un pacto migratorio, que gestione los flujos, por ejemplo, a través de corredores humanitarios, y que sea “consensuado y compartido”, porque “la voluntariedad se ha demostrado ineficaz”. Draghi aseguró, respecto a la migración, que “aparcar un asunto no hace que desaparezca”. Afirmó que hay “conciencia” de que el problema existe, sobre todo por parte de países como Francia o Alemania, “pero también de otros que hasta ahora se habían mostrado más indiferentes”, y confió en que el próximo Consejo Europeo “adopte una solución eficaz, pero también de solidaridad”.