El presidente francés, Emmanuel Macron, justificó ayer su asistencia a los actos conmemorativos del bicentenario de la muerte de Napoleón Bonaparte en la necesidad de conocer el pasado, “en sus hechos gloriosos y en los errores”. Macron se situó por encima de la polémica que divide a Francia entre los partidarios de ensalzar la figura de Bonaparte y quienes le reprochan su totalitarismo, sus campañas bélicas sanguinarias o su decisión de restablecer la esclavitud. En la imagen, Macron y su mujer en el mausoleo en los Inválidos.