- El recrudecimiento de la pandemia de coronavirus en los Estados miembros y en particular en Bélgica, donde este lunes entran en vigor nuevas restricciones, puede afectar a las instituciones europeas, y dar paso de nuevo a las reuniones virtuales en detrimento de las presenciales, que han permitido avanzar en asuntos urgentes.

Bruselas, donde la situación sanitaria es -junto con la de Valonia (sur de Bélgica)- la “más grave de toda Europa”, según el ministro de Sanidad belga, Frank Vandenbrouke, estrenará este lunes nuevas medidas para frenar la propagación del virus, que incluyen un toque de queda entre la medianoche y las cinco de la mañana, el cierre de cafeterías y restaurantes y la obligación de teletrabajar.

En plena escalada, la capital belga acogió el 15 y 16 de octubre una cumbre en la que, al margen de los temas tratados, que incluyeron el brexit y el clima, lo más comentado fueron las bajas de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y de la primera ministra de Finlandia, Sanna Marin, que tuvieron que dejar la reunión tras ser informadas de que habían estado en contacto con una persona contagiada.

Dinamarca y Finlandia lamentaron la celebración de la reunión presencial, dada la situación del virus y los pocos temas en la agenda. Por el momento, la próxima reunión física que los líderes de la Unión Europea tenían prevista celebrar en Berlín el 16 de noviembre sobre las relaciones con China, ha sido cancelada.