- El presidente de Francia, Emmanuel Macron, trató ayer de calmar la creciente preocupación del sector cultural debido a la pandemia del coronavirus con un programa de encargos públicos y ayudas que le permita mantenerse a flote.

Artistas como Catherine Deneuve o Jean Dujardin habían recurrido en los últimos días a la prensa para defender sus derechos y el jefe del Estado respondió con una reunión telemática con distintos representantes en la que empezó a perfilarse la nueva realidad de ese colectivo tras el fin del confinamiento el 11 de mayo.

“Quiero que lancemos un gran programa de encargos públicos, ya sea para los oficios artísticos, la literatura o las artes plásticas, y pienso en particular en los jóvenes creadores de menos de 30 años, porque cuando eres una estructura sólida, un festival o un artista con éxito, puedes superar este periodo”, les dijo.

Fue una promesa todavía por definir pero que las autoridades francesas quieren desarrollar con ese sector, que según los últimos datos del Ministerio de Cultura mueve anualmente más de 47.000 millones de euros y representa un 2,3% de la economía francesa.

Aunque la semana que viene podrán reabrir las librerías, tiendas de discos, bibliotecas, galerías de arte y pequeños museos, los cines y teatros, por ejemplo, seguirán cerrados a la espera de que a finales de mayo se revalúe su situación, y los acontecimientos con más de 5.000 personas están vetados al menos hasta septiembre.

Macron prometió un fondo de indemnización temporal para ayudar a series y rodajes que se han visto aplazados o anulados, del que no especificó la cuantía, y prolongar hasta agosto de 2021 los derechos de los llamados “intermitentes” del espectáculo, trabajadores de la creación artística que no tienen un puesto fijo.

La suerte de ese grupo de empleados era uno de los puntos más delicados de esta negociación por la delicada situación en la que se han quedado por esta crisis, que hacía casi imposible que puedan alcanzar las 507 horas trabajadas en un año para poder recibir el paro.

Los autores se beneficiarán también de exoneraciones de las cotizaciones durante cuatro meses, el Centro Nacional de Música recibirá 50 millones de euros, y el Ejecutivo quiere fomentar un mayor acercamiento de la cultura a las escuelas, con encuentros semanales con artistas.