- El Eurogrupo sigue evidenciando sus discrepancias sobre cómo dar una respuesta económica a la crisis del coronavirus. Ayer de nuevo a última hora seguía sin haber acuerdo tras horas de negociación, por las diferencias sobre el uso del fondo de rescate de la eurozona y la posible emisión de deuda mutualizada, los coronabonos, para financiar la recuperación.

Los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona, a los que en esta reunión se sumaron los del resto de la UE, iniciaron su encuentro por videoconferencia a las 16.00 horas e hicieron un receso a las 19.00 horas que se fue prolongando hasta al menos las 23.00 horas.

La reunión podría haberse prolongado durante la madrugada para intentar pactar la respuesta a una crisis que llevará al bloque a la recesión, disparará los niveles de paro y amenaza con ampliar las divergencias entre las economías de la Unión.

El receso sirvió para que los ministros mantuvieran contactos bilaterales e intentaran perfilar un borrador de acuerdo, pero seguían abiertos los tres pilares del paquete de medidas por casi medio billón de euros que el Eurogrupo ha venido fraguando en las últimas semanas, según varias fuentes consultadas.

Se trata de la activación de una línea de crédito para la pandemia por parte del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el fondo de rescate; la movilización de 200.000 millones de euros en préstamos del Banco Europeo de Inversiones (BEI) y un fondo contra el paro de la Comisión Europea dotado con 100.000 millones en créditos para financiar esquemas de reducción de jornada subvencionada.

El principal punto de fricción, sin embargo, fue la posibilidad de emitir deuda mutualizada de la Unión Europea, ya sea con el nombre de coronabonos, eurobonos u otro, como demandan una decena de países, entre ellos España, Italia y Francia, para financiar la recuperación.

Francia propuso la creación de un fondo temporal, fuera del marco presupuestario de la UE, con capacidad de emitir deuda respaldada con garantías de los Estados miembros que se reembolsaría después a través de contribuciones de los países o con un impuesto de solidaridad europeo.

La idea fue rechazada otra vez por Alemania, Holanda, Austria o Finlandia, que se oponen a una herramienta que implicaría que el conjunto de la UE asuma el riesgo de impago de la deuda de cualquier miembro.

La vicepresidenta tercera del Gobierno español, Nadia Calviño, defendió antes de la reunión que no se pueden adoptar solo medidas de liquidez a corto plazo, sino empezar a trabajar ya “en un mecanismo que permita la puesta en común de la deuda” para financiar inversiones necesarias para la recuperación. España, dijo, defenderá que las conclusiones del Eurogrupo reflejen “un claro compromiso” de trasladar a los jefes de Estado y de Gobierno que hay que trabajar “desde ya” en este mecanismo.

No se preveía que de la reunión de ayer saliera un acuerdo sobre el plan de recuperación, pero la clave estaba en qué contribución se hiciera de cara a la próxima cumbre de líderes.

El segundo escollo principal era la condicionalidad asociada a la línea de crédito para la pandemia que pondría en marcha el MEDE, que podría prestar hasta 240.000 millones de euros a los países que lo soliciten, 28.000 millones en el caso de España, según las cifras difundidas por Alemania.

Holanda encabezaba la oposición a suavizar el acceso a los créditos del MEDE, pese al consenso general de que deben ser más ligeras que en los rescates gestionados por la crisis financiera, donde se exigió a los beneficiarios adoptar medidas de austeridad o aplicar reformas estructurales.

España rechazaba que se apliquen condiciones específicas caso por caso para los países que soliciten liquidez por la pandemia y defendía, en línea con la Comisión Europea, que se limiten a usar los fondos para la respuesta al coronavirus y a cumplir las normas de disciplina fiscal comunitaria.

Italia, sin embargo, era más reacia al MEDE, instrumento que en el país se asocia muy estrechamente al estigma de los rescates y el Gobierno considera “inadecuado”, y apostaba con más ahínco por los coronabonos.

España, más cerca de Francia. Italia seguía rechazando el fondo de rescate y apostando con ahínco por los ‘coronabonos’, mientras que España daba por bueno el MEDE y se acercaba a Francia en su petición de un fondo mutualizado de recuperación.

La vicepresidenta tercera del Gobierno español y ministra de Economía defendía, antes de la reunión del Eurogrupo, no adoptar sólo medidas de liquidez a corto plazo, sino trabajar desde ya en una mutualización de la deuda.