Bruselas - Los ministros de Exteriores de la Unión Europea (UE) han llegado a un acuerdo político para impulsar una nueva misión en el Mediterráneo en sustitución de la operación Sofía, que tendrá como objetivo principal hacer cumplir el embargo de armas a Libia por encima de la lucha contra la mafia migratoria.

Los Veintisiete acordaron ayer iniciar “una nueva operación en el Mediterráneo” que “tendrá como meta la implementación del embargo de armas aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU”, indicó el alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, en una rueda de prensa al término de una reunión en la que se abordó cómo apoyar el proceso de paz en Libia.

Borrell confirmó que Sofía se cerrará en marzo, cuando estaba previsto que expirara su mandato si no había acuerdo para renovarlo, a fin de dar paso a la nueva misión.

Hasta ahora, la operación Sofía tenía el mandato tanto de combatir el modelo de negocio de las mafias migratorias como de contribuir a hacer cumplir el embargo de armas decretado por la ONU para Libia en el Mediterráneo central.

En la actualidad, solo contaba con medios aéreos al estar suspendida la participación de barcos por los desacuerdos entre los estados miembros sobre el desembarco de las personas rescatadas en alta mar y especialmente por las quejas de Italia.

La UE se había propuesto estudiar cómo dotar de nuevo de barcos a Sofía para apoyar más el embargo de armas a Libia, pero países como Austria y Hungría bloqueaban esa posibilidad al considerar que podían atraer nuevas oleadas de migrantes.

La nueva operación, que aún no tiene nombre, deberá ser ahora desarrollada a nivel técnico por los servicios del Consejo de la Unión Europea y diferirá su misión respecto a la de su antecesora -bautizada como una niña que nació en una de sus embarcaciones tras ser rescatada su madre del mar- en que su objetivo primordial será evitar la entrada de armas a Libia. La lucha contra el tráfico de personas en el Mediterráneo quedará en segundo plano, así como la formación de los guardacostas y de la Marina libios.

Su área de acción ya no será el Mediterráneo central sino las aguas internacionales frente a la costa este de Libia, donde se ha detectado mayor flujo de contrabando de armas legítimas”. Algunos países podrían mostrar “legítimas preocupaciones” ante la presencia de nuevo de barcos europeos en el Mediterráneo, ya que esto podría animar de alguna manera a que más migrantes se aventuren a la peligrosa travesía hacia Europa con la idea de que si se encuentran en apuros quizá puedan ser rescatados. A esto Borrell respondió que los navíos serán eliminados si se constata un “efecto llamada”. “Esto se vigilará cuidadosamente y se informará regularmente al mando de la operación”, dijo el alto representante de la UE para la Política Exterior.

En cualquier caso, a su llegada a la reunión Borrell había dicho que no creía que Sofía hubiera creado un efecto llamada para la migración irregular y manifestó que confiaba en encontrar una solución para que los Veintisiete hicieran efectivo más apoyo al proceso de paz en Libia.

“Tras muchas discusiones, logramos alcanzar un acuerdo político que esta mañana, antes de empezar el Consejo, pensé que era imposible, pero eso es prueba de que cuando hay voluntad política todo es posible”, comentó el jefe de política exterior europea.

Satisfacción en España e Italia El titular italiano, Luigi Di Maio, celebró que la UE haya escuchado las peticiones de Italia y explicó que “en Libia estamos todos trabajando por un alto el fuego definitivo”, pero que “si continúan entrando armas para todas las partes, es imposible permitir ese alto el fuego”. “La UE se implica con una misión aérea, naval y con disponibilidad también terrestre para bloquear el ingreso de armas en Libia”, en su frontera, apuntó.

La ministra española de Exteriores, Arancha González Laya, dijo que “de momento” se trata de una misión naval y aérea y que “ha habido sugerencias de extenderla en vía terrestre y hacer controles dentro de territorio de Libia”, para lo que en cualquier caso sería necesaria una invitación del propio país y el apoyo del Consejo de Seguridad de la ONU. Afirmó, asimismo, que España “participa en la misión que existe ahora y no veo razón para no seguir participando en esta versión nueva”, y consideró que la UE quiere “mostrar liderazgo” en su vecindad sur.

La UE se juega mucho en Libia. El país está asomado al precipicio del Estado fallido desde 2011, cuando la Primavera Árabe acabó con el dictador Muammar al Gaddafi. Desde entonces, está gobernado por centenas de milicias, clanes y dos Gobiernos enfrentados. Durante la última década, el conflicto libio se ha sucedido con varios repuntes alcanzando el pasado abril, con la ofensiva de Trípoli, uno de sus puntos álgidos. - Efe