El sospechoso de las muertes de los cuatro hombres en Bilbao se entregó a última hora de la tarde de este jueves en la comisaría de la Ertzaintza en Irun, donde el presunto asesino negó su vinculación con los crímenes y se mostró dispuesto a colaborar. El detenido permanece en dependencias policiales, donde está siendo interrogado. Nelson David M. B., de 25 años y cuya foto fue difundida a última hora de este jueves como presunto autor de al menos la muerte de cuatro hombres con los que había quedado a través de una web de citas, había sido detenido en 2019 por estafa. Sin embargo, el sospechoso confesó no estar vinculado con el asesinato de los cuatro hombres.

En estos momentos podrían ser hasta ocho el número de muertesocho el número de muertes que se le atribuyen a un mismo individuo que quedaba con sus víctimas a través de una red de contactos, los drogaba con éxtasis líquido y después les saqueaba las cuentas. Todas las muertes se produjeron en Bilbao a finales de 2021, y aunque en un principio no parecían tener relación entre sí, la denuncia de los familiares de una de las víctimas y el testimonio de un hombre que en diciembre logró escapar del agresor han sido claves para destapar los truculentos movimientos del que ya ha sido bautizado como el asesino de las citas. La Ertzaintza está indagando en torno a cuatro fallecimientos de hombres que se tomaron al principio como naturales, pero que parecen tener naturaleza criminal, y ahora ya baraja cuatro más.

La Policía vasca cursó una orden de busca y captura del joven de 25 años y de nacionalidad colombiana. Para su localización pidió la colaboración de otras fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado por si el presunto asesino pudiera haber actuado en otros lugares del Estado español, como la Comunidad Valenciana y Madrid.

De momento, son muchas más las incógnitas que las certezas de un caso que ha conmocionado al colectivo LGTBI ya que todas las víctimas son gais, con los que el asesino se citaba a través de una red de citas en Bilbao. Los fallecidos utilizaban una red de contactos, en la que pudo captarles el supuesto homicida, que quedaba con las víctimas en sus domicilios y allí, mediante la administración de alguna sustancia estupefaciente, los drogaba y lograba sacarles las claves de sus tarjetas y otros datos bancarios. Después extraía dinero de sus cuentas corrientes en cajeros automáticos y realizaba transferencias a su nombre. La Policía cuenta con la imagen del sospechoso del que se sigue la pista y del que se sospecha que podría utilizar el mismo modus operandi para captar a otras víctimas en otras localidades fuera de la villa.

La Policía vasca empieza a completar el enorme rompecabezas cuyas primeras piezas se encuentran a finales del año pasado. El caso de una de las víctimas de diciembre pasado, un hombre de 43 años de Ondarroa, disparó las alarmas después de que se detectara que le habían sustraído una cantidad importante de la cuenta corriente, según denunciaron los familiares. Días después de que ese hombre apareciera muerto en su casa del Casco Viejo de Bilbao se procedió a practicar la autopsia a la víctima, cuya muerte en un primer momento se consideró natural. Tras practicarle el examen forense, se detectó la presencia de esta droga. Así las cosas, la Ertzaintza decidió practicar la autopsia también a otros tres hombres que fueron hallados muertos en sus domicilios en similares circunstancias en la misma zona. Tras realizar las pertinentes investigaciones y análisis descubrieron que ellos también habían consumido la misma droga antes de su fallecimiento.

En un primer momento no se había considerado que la muerte de los cuatro hombres tuviese una relación ya que se pensaba que eran naturales. Sin embargo, tras la denuncia de uno de los hombres atacados, todo dio un giro de tuerca al caso. De hecho, una vez abierta la investigación y siguiendo las diferentes pistas, la Ertzaintza detectó grandes similitudes y una conexión con las tres muertes anteriores también en la villa entre los meses de septiembre y octubre: todas las víctimas eran hombres gais; habían consumido la misma droga y a todos les había vaciado el dinero de sus cuentas corrientes. Pero, sin lugar a dudas, el testimonio de un hombre que en diciembre consiguió escapar de su agresor después de pedir ayuda a los vecinos fue fundamental para dar luz verde a las pistas de la investigación que llevaba trabajando semanas la Ertzaintza. Al huir del lugar tras este último ataque, en un domicilio del Casco Viejo de Bilbao, el presunto autor de los crímenes se dejó una mochila con objetos personales y un envase con una sustancia estupefaciente, lo que facilitó la identificación.