Seis hombres han sido condenados a medio año de cárcel como autores de un delito contra la intimidad por difundir a través de forma "masiva", a través de grupos Whatsapp, un vídeo de una relación sexual entre una pareja captado en una plaza de Donostia sin consentimiento de las personas que eran grabadas.

Según han informado a EFE fuentes del caso, los seis inculpados han reconocido este lunes los hechos y se han conformado con la citada pena de cárcel, aunque deberán abonar también una multa de 720 euros y compensar con 12.000 euros a la mujer que aparece en el vídeo y que fue quien denunció lo sucedido. En cualquier caso, la pena de prisión les ha sido suspendida con la condición de que no vuelvan a delinquir en los próximos meses.

Inicialmente, la Fiscalía reclamaba para cada uno de los inculpados un año y medio de prisión por un delito contra la intimidad con las atenuantes de confesión y de dilaciones indebidas, mientras que la afectada, que ha sido representada en este procedimiento por el abogado Bernardo Sebastián, demandaba tres años de cárcel y una compensación de 60.000 euros.

Según recoge el escrito de acusación de la Fiscalía, al que ha tenido acceso EFE, los hechos se produjeron sobre las 5.00 horas del 30 de julio de 2016, cuando la citada mujer mantuvo relaciones sexuales con un hombre en los soportales de la céntrica Plaza de Gipuzkoa, mientras una tercera persona desconocida grabó un vídeo del "encuentro sexual" "con ánimo de atentar contra la intimidad" de la pareja y "sin contar con su consentimiento".

Seguidamente, el desconocido lo difundió "por medios telemáticos", en "especial" a través de la aplicación de mensajería instantánea Whatsapp, de forma que "en cuestión de horas se convirtió en un archivo de difusión masiva".

En este contexto, el vídeo llegó al primero de los acusados quien seguidamente lo "compartió" en un grupo de esta aplicación "con ánimo de atentar contra la intimidad de las personas" que habían sido grabadas y "a sabiendas de su origen indebido".

De esta manera, dio lugar a una cadena en la que los otros cinco procesados recibieron el archivo y lo difundieron de la misma manera en otros grupos de Whatsapp de los que formaban parte.

Como consecuencia de estos hechos, la mujer sufrió "un estado de prostración emocional, al ver comprometida su imagen pública" ya que el vídeo llegó "a su entorno personal, familiar y laboral".

En su documento, el Ministerio Público aclara que todos los inculpados reconocieron haber compartido el vídeo, con anterioridad a que el procedimiento se dirigiera en su contra, y aportaron a la Policía "todos los datos necesarios para la prosecución de las investigaciones".