"Ha sido cosa de cinco minutos, pero muy angustiosos. Lo he pasado mal", aseguraba ayer Julen, un arrasatearra de 17 años que participó en el encierro por primera vez junto a su cuadrilla. Una vez en la plaza, en la suelta de vaquillas, Julen y sus amigos no podían olvidar lo sucedido. "¿Y si ahora saltan al callejón?", se preguntaban todavía con el miedo metido en el cuerpo.

Para este arrasatearra y sus amigos, el de ayer fue su primer encierro. Lo que no podían imaginar estos chavales son los momentos de tensión que iban a vivir en sus propias carneslos momentos de tensión al producirse el peligroso tapón en el acceso a la plaza. "Empecé a correr y cuando me di cuenta estaba tirado en el suelo. No había otra opción porque venía gente por detrás empujando. Pude dar un pequeño salto y caí hacia la plaza, no en todo el montón. Me cogieron del brazo y me ayudaron a salir. Para entonces ya había perdido las zapatillas, pero las recuperé", relataba Julen horas después de haber digerido el "gran susto".

Esta cuadrilla de jóvenes, al igual que otras muchas, se disponía a despedir la intensa noche festiva en el coso portátil instalado en la plaza Laubide. Un clásico que se repite año tras año en los sanjuanes de Arrasate pero con la emoción añadida para ellos de que era su primera vez. Ahora, una primera vez inolvidable por el susto. "De momento, si vuelvo al encierro será para disfrutar del espectáculo sentado", sentencia Julen.