La viruela del mono ha activado de nuevo todas las alertas poniendo el foco sobre una hipotética nueva pandemia. Y es que las enfermedades que se transmiten entre humanos y animales están experimentando un repunte por razones como los viajes o el cambio climático. El riesgo está muy presente. De hecho, en el mundo, seis de cada diez enfermedades infecciosas conocidas son transmitidas por animales.

Grandes males modernos como el ébola o la salmonelosis son también zoonosis, las enfermedades que las personas pueden contraer de los animales. En España, igual que en los países mediterráneos, existen en la actualidad zoonosis que provocan graves dolencias, entre las que destacan las transmitidas por artrópodos, como la que causa el mosquito tigre, y las que provoca la garrapata común.

Sin querer darle más importancia de la que realmente tiene, expertos como María Esperanza Gómez, catedrática de sanidad animal de la Facultad de Veterinaria de la Complutense de Madrid, considera que "estamos prestando más atención a este tipo de virus por culpa de los estragos de la pandemia de covid", pero también asegura que "el número de enfermedades que se transmiten de animales a personas está en aumento".

La prueba, el coronavirus

El SARS-COV-2 ha sido la prueba palpable de la amenaza que representan los patógenos de origen animal para la salud humana. El causante ha sido un coronavirus, pero lo que muchos expertos esperaban desde hace años era una pandemia de gripe porque los virus de gripe aviar son los que más preocupan.

A juicio de Juan José Badiola, una eminencia en enfermedades de origen animal, y director del centro de Enfermedades Transmisibles Emergentes, "los servicios veterinarios deberían estar especialmente vigilantes ante la influenza aviar porque estos virus tienen todas las cualidades necesarias para convertirse en pandémicos".

Y es que ante el número de enfermedades emergentes producidas por patógenos cuyo reservorio es un animal, Caridad Sánchez, catedrática de enfermedades parasitarias en la Universidad de Zaragoza, resalta la necesidad de coordinar la salud humana y la animal como una sola.

Las enfermedades zoonóticas acompañan al hombre desde siempre, no son más que afecciones compartidas entre distintas especies, pero el primer contacto que posibilita un contagio se produce durante la extracción de la fauna silvestre de su hábitat natural. Por eso, el cambio climático puede favorecer la aparición de algunas de estas enfermedades producidas, por ejemplo, por picaduras de artrópodos, pero la mayor parte de las emergencias se producen porque nos movemos más y tenemos más interacción entre nosotros, mucho más que hace unas décadas, por lo que nuestra capacidad para expandir los problemas es exponencial, tal y como ha demostrado el covid.

Los expertos suscriben que la acción del hombre sobre el hábitat de los animales influye decisivamente en la proliferación de estos problemas. "Muchas de estas enfermedades nos vienen de animales que están en selvas tropicales que están siendo invadidas por la colonización humana", destacan los veterinarios.

El cambio climático

Para Badiola, "el cambio climático es una realidad y aumenta el riesgo de que suframos una nueva pandemia". Catedrático de sanidad animal, explica que esto se debe a que "todos los factores que cambien el régimen de vida de los animales provoca una respuesta en ellos. Además la movilidad aérea provoca que haya brotes aquí y allá".

No obstante, resta importancia a estos brotes de monkeypox y pone en el foco en dos virus que, a su juicio, podrían resultar peligrosos, los hendra virus y de los nipah virus. "Tanto los hendra virus como los nipah virus proceden de murciélagos y pueden suponer una amenaza para la especie humana", según Badiola. Los primeros proceden de Australia y los nipah, de la zona de Indochina.

Pero además, la OMS señala que hay más de 200 zoonosis conocidas y algunas son preocupantes. Algunas enfermedades, como la que provoca el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), comienzan como una zoonosis pero al cabo del tiempo, después de múltiples mutaciones, surgen cepas que solo infectan a los humanos.

Otras pueden causar brotes recurrentes en ciertas zonas del planeta, como ocurre con el virus del ébola, y también hay algunas que tienen el potencial de causar pandemias, como el que todavía no hemos podido dejar atrás, el coronavirus.