- La juventud gipuzcoana ofrece una versión ambivalente en relación al ejercicio que practica. La actual generación de menores y adolescentes es la que peor condición física presenta de los últimos años. Un sedentarismo galopante y una obesidad infantil -a la que flaco favor ha hecho la parálisis de la pandemia- conviven con su polo opuesto: la obsesión por la estética de una parte de jóvenes que se entregan al deporte como si no hubiera un mañana.

"Estamos viendo los dos extremos: la poca adherencia al ejercicio y, a su vez, la otra cara: la del joven obsesionado que se pasa de frenada". Lo suscribe Unai Arrieta, experto en Psicología del Deporte.

Desde su propia empresa, este profesional colabora con la Diputación de Gipuzkoa en el programa Kirolgi Fundazioa, en el que presta ayuda psicólogica a deportistas de alto rendimiento.

Asegura que más allá del deporte de alta competición, es preciso prestar atención a los niveles de sedentarismo y obesidad de los jóvenes vascos. Son "muy preocupantes", remarca.

De hecho, la dirección de Actividad Física y Deporte del Gobierno Vasco está realizando un estudio para medir en los centros escolares el grado de actividad de los jóvenes vascos: "Se está reduciendo muchísimo".

A este respecto, el curso pasado se creó el sistema de vigilancia de la condición física de la infancia y adolescencia en Euskadi. En esta primera prueba piloto participaron 1.157 alumnos y alumnas de diez centros escolares de la CAV.

El bautizado como Eusfit Mugiment concluye que existe "un colectivo del alumnado vasco que tiene un alto riesgo de desarrollar futuras patologías cardiovasculares por una baja condición física". Un hecho ligado, en gran medida, a la insuficiente práctica deportiva, lo que a su vez afecta a su rendimiento académico actual.