no es fácil conseguir un empleo estable, y menos siendo un joven marroquí llegado en patera sin saber siquiera el idioma. Youssef Rahmani, que actualmente trabaja de fontanero en Anoeta, ha hecho de la necesidad virtud, y ha convertido en realidad su sueño. “La mayor parte de los compañeros que llegaron conmigo no lo han conseguido. Hay quienes siguen en la calle; otros van avanzando poco a poco. Cada uno da los pasos que puede, aunque en nuestro caso es complicado, sobre todo por el tema de los papeles”, señala el marroquí, que ya ha alcanzado la mayoría de edad y mira al futuro con esperanza, después de dos años en los que no ha dejado de formarse.

Atrás queda su paso por el centro de acogida residencial de menores de Uba, de la Diputación Foral. Fue entonces cuando aprendió a hablar castellano e inició los trámites necesarios para obtener el permiso de trabajo.

Su testimonio trae consigo un soplo de aire fresco para un colectivo que durante años ha tenido prácticamente vedado el progreso, tanto por prejuicios sociales como por las numerosas trabas burocráticas a sortear.

Las cosas parecen ir cambiando en los últimos tiempos. Se calcula que alrededor de 2.000 menores extranjeros y jóvenes extutelados van a poder beneficiarse en Euskadi de la reforma del Reglamento de ExtranjeríaReglamento de Extranjería, aprobada por el Gobierno el pasado 19 de octubre.

Hasta ahora, para conseguir una autorización de trabajo, más allá de la residencia, la ley les exigía ofertas de contrato de un año a jornada completa o medios propios de vida imposibles de alcanzar (hasta 2.000 euros mensuales). Desde que el cambio entró en vigor, la segunda semana de noviembre, conseguir autorizaciones de residencia y trabajo es mucho más fácil y rápido, y las oficinas de extranjería han recibido una avalancha de peticiones.

La contratación de Youssef, en todo caso, ha sido posible gracias a otra oportunidad que ha surgido en Gipuzkoa y que coincide en el tiempo con la reforma del reglamento. Se trata de la implantación del programa Batzen, el nuevo sistema de búsqueda de empleo que quiere involucrar al tejido empresarial para encontrar oportunidades para jóvenes como Youssef, de entre 16 y 23 años en situación de vulnerabilidad.

El joven marroquí no está dispuesto a dejar pasar el tren, y ya ha firmado un contrato en prácticas con la empresa Zuriarrain Iturgintza SL., en el polígono industrial Benta Aldea de Anoeta. Esta firma se dedica a la instalación y prestación de toda clase de servicios relacionados con la fontanería. “Lo bueno de este trabajo es que es muy variado. Cada día te toca hacer cosas diferentes”, sonríe el joven, que poco a poco se va curtiendo en el mundo laboral tras su formación en cursos de fontanería y electricidad.

coordinación

Andoni Zulaika es responsable del área de inclusión sociolaboral de Zabalduz. Esta cooperativa de iniciativa social es la que coordina todo el proceso entre los jóvenes y las empresas interesadas en su contratación. Trabaja en el ámbito de la intervención social con personas en situación de desprotección y exclusión social. “Veíamos que teníamos que poner en marcha algún tipo de iniciativa para incentivar la contratación en ese último sprint, cuando los chavales que han pasado por un centro foral, como Youssef, están de prácticas”, explica el trabajador de Zabalduz, entidad que gestiona diversos recursos de la Red de Protección e Inclusión de la Diputación Foral de Gipuzkoa.

Así, Youssef se formó en la cooperativa Peñascal, y fue a través de esta entidad de iniciativa social como comenzó a hacer prácticas en la empresa Zuriarrain Iturgintza de Anoeta. “Sabíamos que estaba funcionando muy bien, que la empresa estaba contenta con él, y nos pusimos en contacto con Olatz y Eñaut para ver cómo lo podíamos hacer de tal manera que el joven tuviera continuidad”, explica el técnico del proyecto Batzen.

Olatz Zuloaga y Eñaut Zuriarrain son los socios de la empresa empleadora de Anoeta. “Queríamos formar parte de este proyecto y un día nos llamaron desde la cooperativa Peñascal. Hemos estado muy a gusto con Youssef, y le hemos animado a que se quedara. Aquí estuvo de prácticas hasta que ha podido formalizar su situación administrativa y por fin ha firmado el contrato. Estamos encantados con él”, reconoce Zuloaga.

El objetivo de este sistema de acogida al empleo juvenil es que “todas las partes salgan ganando”. Como precisan desde la Diputación, no se trata de que la empresa de el paso “por hacer un favor”, ni que Youssef haya sido contratado por cumplir el expediente. Se busca trabajar junto a “jóvenes con compromiso y formación que se adapten a las necesidades profesionales de la empresa”.

Desde la Diputación animan a las firmas guipuzcoanas a realizar su aportación al sistema Batzen como Empresa de Acogida, independientemente de su tamaño o actividad. Desde Zabalduz se encargan de coordinar todo el proceso, en el que siempre surgen dudas.

Youssef, por ejemplo, no tiene por el momento carné de conducir. Es una circunstancia que tiene su coste para la empresa, en la medida en que el empleado no puede trabajar de manera plenamente autónoma. “Vamos a intentar que se saque el carné, de hecho, ya lo está haciendo. Entretanto, hemos analizado ayudas a la contratación por parte de Lanbide, aunque al final nos hemos decantado por un contrato de trabajo en prácticas, con un salario que irá mejorando en los próximos meses y años siempre que -según precisa Zulaika- la empresa esté satisfecha”.

Y por el momento lo está con creces. “Nunca habíamos tenido a un chaval extranjero en prácticas. Las personas como Youssef lo pueden tener más difícil por la cantidad de prejuicios que pesan sobre ellos, pero hay que darles un voto de confianza. Hay muchos jóvenes válidos como Youssef”, afirma Eñaut.

Zulaika recuerda que estos jóvenes tutelados cuentan con un régimen diferente, que les reconoce el permiso de trabajo y residencia. El problema -añade- es que lo pueden acabar perdiendo si no llega el ansiado contrato laboral. “Los mayores lo tienen más complicado, porque deben estar tres años empadronados, y necesitan un precontrato. Es un sinsentido que menores tengan derecho o permiso para trabajar y no puedan hacerlo las personas mayores extranjeras. Es una contradicción que no se entiende”.

¿Qué es Batzen? Se trata del Sistema de Acogida al Empleo Juvenil cuyo objetivo es la inclusión sociolaboral de jóvenes migrados y autóctonos integrados en la Red de Protección e Inclusión de la Diputación Foral de Gipuzkoa.

¿Qué son Empresas de Acogida? Son aquellas que quieren hacer su contribución al proceso de empleabilidad de las personas jóvenes que se encuentran en proceso de emancipación en la Red de Protección e Inclusión de la Diputación.

Además de contribuir en la inclusión laboral de jóvenes en proceso de emancipación, las empresas tienen la oportunidad de trabajar junto a personas con compromiso y formación que se adaptan a las necesidades profesionales. Se les ofrece asesoramiento jurídico y técnico gratuito. Para más información: koordinazioa@batzen.eus