- ¿Cómo llega un investigador valenciano, experto en el estudio de neutrinos, a Euskadi?

-Yo estaba en EEUU trabajando con Dave Nygren (uno de los grandes expertos mundiales en neutrinos) y vinieron de visita a Canfranc, al laboratorio de las montañas, Pedro (Etxenike, presidente del DIPC), Ricardo (García Muiño, director del DIPC), y Fernando Cossío, director de Ikerbasque; y básicamente, hablando con ellos, me hicieron ver que el DIPC era un centro diferente a lo que hay por ahí, no solo en España, sino en gran parte del mundo, por la filosofía de centro; y además hay una cosa que para mí ha sido fundamental aquí en el DIPC, que es la honestidad. Estuve un año contratado por el DIPC y luego conseguí una de las 20 plazas anuales que Ikerbasque saca en Euskadi.

Ser investigador Ikerbasque equivale en ciencia a tener despacho propio, ¿no?

-Bueno, Ikerbasque tiene tres escalones, yo aún estoy en el más bajo, research fellow. Realmente el despacho propio es en el segundo escalón (bromea). Lo importante de Ikerbasque es la estabilidad. Hoy por hoy, es de los pocos programas en España que garantiza de una forma coherente la estabilidad a medio y largo plazo de la carrera profesional de un científico.

Usted viene de Valencia, dígame cuál es el nivel científico de Euskadi y Gipuzkoa en particular.

-Las ERC en España han dado 23 o 24 subvenciones en mi categoría y en el País Vasco hay cinco o seis. Que hayan caído en el País Vasco un 20% de las ayudas es significativo. No se corresponde con la población de Euskadi, que no llega al 5% de España. Y eso indica que algo se está haciendo bien y que han sido capaces de atraer gente buena.

¿Cómo se convierte uno en experto en neutrinos?

-Tengo 37 años y llevo investigando doce. He tenido mucha suerte en la vida. En primer lugar, encontrarme con un director de tesis con una energía descomunal, José Gómez Cadenas, que en estos momentos es miembro del DIPC. Y la otra suerte que tuve es que esta persona consiguió un contrato con el Ministerio de Ciencia para consolidar o afianzar líneas de investigación que se consideraban relevantes. Era mucho dinero y te permitía montar proyectos nuevos, arriesgados. Y eso permitió hacer una cosa que en España es muy difícil y es hacer física experimental instrumental. Conseguimos montar un laboratorio en Valencia.

¿Qué supone ahora una inyección de 1,5 millones de euros?

-A nivel de financiación, supone garantizar que este proyecto se va a llevar a cabo; que aunque haya imprevistos, tienes el dinero suficiente para construir el detector, llevarlo a la fuente espacial de neutrones y medir; y esto es algo emocionante. Nosotros ya teníamos financiación fuerte del Gobierno Vasco y ello ha sido fundamental para conseguir este otro millón y medio. Es decir, una cosa ha hecho posible otra. Es un sueño.

Le veo emocionado con estas partículas. ¿Por qué?

-La magia está en que es una partícula con la que te dicen: Esto no vais a ser capaces de detectarlo. Es que cuando te cuentan la historia del neutrino...

Cuéntemela.

-La historia del neutrino pasa desde un teórico loco que busca una solución desesperada para un problema de una desintegración beta, hasta experimentales locos que deciden ponerse con una piscina de lejía bajo una montaña, filtrando la lejía cada 15 días para contar diez átomos de argón, hasta un descubrimiento excepcional, que es encontrar física más allá de lo que entendemos; y eso ha pasado a lo largo de 40 años, pero la historia en sí lo tiene todo. Desde luego, pasión por todas partes. Es una historia que refleja lo mejor de la ciencia.

¿Para qué queremos saber más de los neutrinos?

-Yo soy un investigador fundamental. Mi principal preocupación no es buscar aplicaciones prácticas, industriales, sino cazarlo, detectarlo, analizarlo y responder a preguntas fundamentales de la física. Una es: ¿cómo se le da masa al neutrino? y eso es algo que está más allá de lo que entendemos hoy en día de física de partículas. Y después hay una pregunta más fundamental aún, y es que no entendemos por qué existimos.

Explíqueme eso también.

-Por cada átomo de materia, producimos un átomo de antimateria. Eso siempre es así. Sin embargo, cuando observamos el universo, observamos que no hay antimateria. De hecho, todo indica que en las fases iniciales del universo la materia y antimateria se destruyeron prácticamente del todo, pero sobrevivió una parte en 10.000 millones. Y esa parte que sobrevivió somos nosotros, somos este residuo de una aniquilación brutal entre dos universos, uno de materia y otro de antimateria. Todo el universo observable, incluso el sol, es el residuo de esta aniquilación. Pero el problema es que este residuo que queda no lo vemos en las simulaciones del laboratorio. Entonces, la pregunta es, ¿cómo es posible, que algo que no vemos ahora, pasase hace 13.000 millones de años?

Pues no lo sé.

-Y una de las opciones para resolver esto es que haya partículas que jueguen en las dos partes, dependiendo del momento, que puedan ser materia y antimateria, como si fuesen agentes dobles; y una de esas partículas que podría serlo es el neutrino. Si esto fuese así, tendríamos mecanismos para explicar esta rotura de simetría en el universo inicial que nos haga entender realmente por qué existe el universo.

Para dejar de ir a misa.

-La búsqueda a esta pregunta es uno de los proyectos que tenemos aquí en el DIPC que llevamos en el proyecto Next. Y el hecho de que este proceso lo podamos hacer con detectores relativamente pequeños nos da mucha flexibilidad que no ofrecen esos detectores de 400 o 1.000 millones de euros, que son supercomplejos, pero no los puedes modificar.

¿Entonces es esa versatilidad la ventaja de su detector?

-Mides cosas diferentes. Con esta tecnología tenemos mucha más flexibilidad y jugar con diferentes núcleos, puedo empezar operando con xenón, pero puedo cambiarlo de una semana para otra y poner otro gas noble y ver si el neutrino interactúa igual. Y lo puedo hacer porque tengo un detector con una tecnología diferente, pequeño, suficientemente barato; y comprar argón para hacer esto me cuesta 1.000 euros, no un millón de euros. Es explorar física nueva.

¿Y la tecnología necesaria para hacer este juguete se puede desarrollar aquí?

-La tecnología del concepto detector tiene bastante años; se inventó en EEUU y hoy en día tenemos la suerte de que en España somos capaces de diseñarlo y hacerlo. Contratamos ingenieros propios para el diseño interno y, a partir de ahí, sí que interactuamos con diferentes empresas. Y muchísimas cosas las fabricamos en el País Vasco.

¿Y les atienden en un taller o fábrica cuando les piden piezas tan especiales, diseñadas al uso?

-Más de una vez nos toca ir con una presentación. A veces nos ha pasado que solo una empresa que sea capaz de hacer algo y tienes que llorarles un poco, pero para muchas hay al menos un par de empresas. Y esa es una gran suerte, pero no nos podemos dormir. Si no somos capaces de que esas empresas se mantengan, sigan operando y se conserve este entorno industrial en el País Vasco, este tipo de experimentos dentro de diez años serán más difíciles de hacer, porque a lo mejor te toca ir fuera y allí todo se complica.

¿Es una ventaja contar en Euskadi con una industria fuerte?

-Yo no me imagino que fuera posible desarrollar este experimento si no tuviésemos un entorno industrial fuerte. Estoy convencido de que no sería posible.

Hábleme de la fuente de Espalación de Neutrones de Suecia y cuál es su papel allí.

-La fuente de espalación de neutrones de Suecia son haces de neutrones que te permiten ver el interior y la distribución y forma interna de diferentes materiales, para estudiar polímeros y otros materiales. Yo allí soy como un pájaro que estoy encima de los elefantes picando. No voy a interactuar con los haces de neutrones, con lo cual no molesto a los proyectos principales de esta espalación. Me voy a poner al lado y voy a esperar que los residuos de la producción de neutrones lleguen a mi detector, y quiero verlos interactuar.

Estamos hablando de física nuclear. ¿Qué opina de las centrales nucleares. ¿Es la nuclear una energía verde, como plantea la UE?

-Ha de ser una de las energías que formen parte del pack. No creo que hoy en día haya ninguna alternativa a las energías nucleares si realmente queremos reducir la emisión de Gases de Efecto Invernadero. La energía nuclear no emite CO2.

¿Pero habría que avanzar en seguridad?

-La energía nuclear es segura; hay formas de sellar los residuos y protegerlos de tal modo que ni siquiera dentro de 10.000 años den problemas; además, las centrales de nueva generación van a reducir la cantidades de residuos.

¿Y las renovables?

-Hay que entender una cosa fundamental: por mucho que queramos, la energía eólica y la solar, que son maravillosas y cuantas más tengamos, mejor, tienen el problema del almacenamiento. Para almacenar esa energía tienes que tener una cantidad de baterías que no somos capaces de producir y que producirlas, por otra parte, contaminaría tanto o más como las centrales nucleares. Necesitamos una base de producción de energía basado en una fuente estable, que no dependa del clima, y la única que puede hacer eso sin producir CO2 es la energía nuclear.

Pero existe un rechazo social importante. Y ahí está Chernobyl.

-Sí, sí. La energía nuclear tiene mala fama por este tipo de cosas. ¿Cuánta gente muere en accidentes de avión y cuánta en coche? Esto es lo mismo. También puede ser por desconocimiento.

¿Las bombas de Hiroshima y Nagasaki pesan en nuestro imaginario?

-La gente tiene que entender que el uranio que tú pones en una central nuclear está enriquecido al 5%, más o menos. El de una bomba nuclear está al 95%. Una central nuclear no es una bomba nuclear y no va a serlo nunca.

"Hoy por hoy, Ikerbasque es de los pocos programas de España que ofrece estabilidad a la carrera profesional de un científico"

"No creo que haya ninguna alternativa a la energía nuclear si realmente queremos reducir la emisiones de CO2"

"La historia del neutrino refleja lo mejor de la ciencia, la pasión, y puede dar respuesta al origen del universo"