cuarentena. Es la separación y restricción de movimientos de personas que estuvieron expuestas a una enfermedad infecciosa, pero que no tienen síntomas, para observar si desarrollan la enfermedad. Aislamiento es la separación de personas que padecen una enfermedad contagiosa de aquellas que están sanas. Ambas medidas, de elemental salud pública, tienen como objetivo prevenir la propagación de enfermedades contagiosas.

Aunque existen recomendaciones de aislar a los enfermos en los escritos de Hipócrates en el siglo V aC., fue con motivo de la plaga de Justiniano, en el siglo VI dC., cuando se adoptaron medidas masivas de aislamiento que servirían de paso para la marginación de colectivos a los que, por motivos étnicos o religiosos, se culparía de la enfermedad.

El origen de la cuarentena data del siglo XIV, en Venecia, como medida de control de las epidemias de peste negra que azotaban a Europa y que obligaba a los barcos y personas que provenían de Asia a esperar 40 días justo al lado de Lido, en el borde oriental de la laguna veneciana, que lleva el nombre de Lazzaretto Vecchio o Lazareto Viejo, antes de entrar en la ciudad, tras la comprobación del estado de salud de los viajeros.

Mientras se decretaba la cuarentena, el "tratamiento" que prescribían los médicos a los poderosos ante la aparición de la peste era Cito, longue fugueas, tarde redeas. Es decir, huye rápido, lejos y regresa tarde.

La duración del aislamiento, 40 días, tiene un origen bíblico, donde ese guarismo se menciona con frecuencia. Conociendo en la actualidad el periodo de incubación de una enfermedad, es fácil fijar, con relativa exactitud, los plazos de aislamiento o cuarentena para cada caso.

regateando

En muchas ocasiones, siendo chaval, recuerdo haber acompañado a nuestra ama al mercado de San Martín como porteador, y la vergüenza que pasaba viéndole regatear con las caseras hasta conseguir un precio inferior al solicitado, aunque fueran unos céntimos. Defendía su proceder, heredado de su madre, como algo natural, ignorante, por supuesto, de las teorías de Keynes o la Escuela de Chicago. Volvería a ser testigo del regateo, como espectador, en muchas ferias de ganado, cuando se sellaban los tratos con un apretón de manos. Lo practiqué, con manifiesta torpeza y con esa sensación final de haber sido timado, en mis viajes por Turquía, Egipto, Siria, Túnez o Jordania, comprando en los bazares esas fruslerías que luego no sirven para nada, pero jamás pensé que el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud iba a aprobar una reducción de diez a siete días para los casos positivos por coronavirus que sean asintomáticos y para los contactos estrechos no vacunados, aunque, eso sí, los pacientes con síntomas tendrán que esperar el periodo anterior, es decir, diez días.

Todo comenzó cuando el aitona Biden, desoyendo al Dr. Fauci, anunció que su cuarentena será de cinco días porque, con la variante ómicron, las infecciones se producen en los dos días anteriores y los tres posteriores a la aparición de los síntomas, siendo suficiente con que los enfermos porten la mascarilla. Sospechosa tanta exactitud en biología. Todos sabemos que el verdadero motivo es económico estricto. Ómicron está colapsando la Atención Primaria y la falta de trabajadores afecta a la actividad económica.

Desde el punto de vista epidemiológico, existen serias dudas de que la medida sea correcta y responsable, pero tampoco se puede asegurar con rigor, lo contrario. Puede que al reducir la cuarentena a cinco días en EEUU, no se elimine totalmente el riesgo de transmisión, pero facilita el manejo de la situación. Tampoco existe ningún estudio publicado que asegure que a partir del quinto día las personas infectadas con ómicron dejan de ser infecciosas. Y no sabemos durante cuánto tiempo son infecciosos los asintomáticos, vacunados o no.

Pues bien, siguiendo las reglas más ortodoxas del arte del regateo y teniendo en cuenta que nuestra población mayoritariamente está vacunada, ni diez días, ni cinco, ni para ti ni para mí, lo dejamos en siete, apretón de manos entre políticos y patronal subvencionada y punto, sin entrar a más valoraciones. Por si acaso.

El lehendakari admite ahora, en genérico, las críticas por los errores de comunicación y se justifica en la dificultad de mantener el equilibrio entre salud pública, emocional, económica y social. No manifiesta propósito de enmienda. Tácitamente admite errores de planificación, cuando saca de los centros de salud las pruebas PCR. Ya se había sugerido en su día, sin éxito, por gente competente. Ahora, anda muy tarde. Que no cunda el pánico.

euskal-antivacunas

También tenemos nuestra representación en esa secta, pero no adoptan una posición frontal contra la ciencia, ni argumentan la inoculación de ningún nanochip 5G, pero se refieren al pasaporte covid como una herramienta de control de la juventud vasca. La semántica y escenografía, pintadas incluidas, de la factoría Aldaya, paga y calla. Lamentable.

Animales

El pasado día 5 entró en vigor la Ley 17/2021, de 15 de diciembre, de modificación del Código Civil, la Ley Hipotecaria y la Ley de Enjuiciamiento Civil, sobre el régimen jurídico de los animales. Los animales adquieren un estatus diferente al de los bienes materiales y pasan a ser considerados seres vivos sintientes con la consideración de miembros de la familia a los efectos de custodia compartida en casos de separación o divorcio, no pueden ser hipotecados o embargados ni ser utilizados como herramienta en la violencia de género.

Hoy, domingo

Cardos con alcachofas. Rabo deshuesado en salsa y compota con la histórica receta transmitida y mantenida por el elenco femenino de la familia, que nos enlaza con nuestros ancestros, todos cristianos viejos, los Zenagorta (1645), del barrio Azpilgoeta de Mutriku (desde 1983 Mendaro), como si de una sesión de espiritismo se tratara. Tinto Monte Real de Bodegas Riojanas, reserva 2012. Café. Hoy sin Remy.