Pasó noviembre. Y me han puesto la tercera dosis de Moderna y la de la gripe. Que no falte de nada. Con el intento de abducir la identidad foral de los niños navarros, de acabar con las singularidades riojanas y su Denominación de Origen de Rioja, y con la manifestación a favor de la impunidad en la violencia policial que exigen algunos sindicatos policiales, incluido ERNE, que ha pasado de puntillas (si hacen las cosas bien no deben temer que les graben), el auto del karaoke, ahora enmendado por el Supremo, sin que pase nada a nadie y con las consecuencias del temporal, disponemos de temas de conversación ajenos al virus. Se agradece.

Los donostiarras, además, tenemos las candidaturas al Tambor de Oro y la ciudadanía hace sus propuestas desconociendo el reglamento para merecer la distinción. Hasta hace poco, un concejal se encargaba de filtrar los nombres a su periódico, incluso era el primero en comunicar la noticia oficiosamente a la agraciada. Aunque luego no resultara tal. Se lo quitaron de encima mandándole a la santa infancia. Una lástima. La cosa gana en seriedad, pero pierde salsa.

Antivacunas

Me comenta un viejo amigo que hace unas semanas organizó una comida con tres generaciones familiares procedentes de varias ciudades y de allende los mares. Temeroso del virus y cumplidor de las normas, exigió que todos los asistentes estuvieran vacunados. Pero lo que en principio parecía obvio, contó con la oposición de un sobrino que en su día apuntaba maneras como mal estudiante y ahora es antivacunas. No le dejaron acudir y se desataron todos los demonios familiares. Los padres del joven, vacunados, se vieron en la equivocada obligación de dar la cara por su hijo. Las hermanas y cuñados de morros porque al hijo/sobrino cuarentón que pasa de vacunarse se la he impedido acudir al fiestorro familiar. Ya lo advirtió el suizo Friedrich Dürrenmatt, (1921-1990): “Es triste vivir en una época en la que hay que luchar por las cosas evidentes”.

La variante del virus

Una variante se puede originar en una persona enferma con un sistema inmunitario comprometido, infectado durante un período prolongado de tiempo, quizás con algún tipo respuesta inmune poco efectiva que le impide eliminar el virus y le obliga a evolucionar. Un motivo que justifica la tercera dosis a personas mayores.

La nueva variante fue detectada entre los días 11 y 23 de noviembre en la provincia sudafricana de Gauteng (77 casos), y más tarde en Botswana (cuatro casos) y en Hong-Kong, Israel y Bélgica, con un caso en cada país. A los siete días campaba por Europa. Incluso dicen que en Catalunya. Lamentablemente, no han detectado ningún caso en Cruces. Nos estamos quedando atrás. Ha sido bautizada por la OMS como ómicron (decimoquinta letra del alfabeto griego, O). La siguiente será la Pi, más conocida por la mayoría de los bachilleres con fundamento, los de antes, por aquello del 3,1416. Deberán ir pensando en otro alfabeto, quizás el sumerio, que también tuvo un uso científico y tiene muchos más caracteres, aunque sean cuneiformes.

Cabe preguntarse el motivo de su aparición en Sudáfrica. Es el único del continente que realiza campañas de vacunación y vigilancia y dispone del suficiente nivel técnico científico para hacer un seguimiento genómico del virus.

La secuencia genómica de la variante ómicron muestra 55 mutaciones respecto al virus original de Wuhan, 32 de ellas situadas en la proteína S o espícula, la más importante por su papel en la infección de las células y la respuesta inmunitaria. No lo tome el lector como una pedantería, pero era necesaria la explicación para entender el motivo por el que la OMS ha declarado a esta variante como “preocupante” para algunos expertos. La más preocupante que se ha visto hasta la fecha porque coinciden en una misma región geográfica y, aunque algunas de esas mutaciones ya se habían detectado en otras variantes por separado, no se habían visto, hasta ahora, todas juntas en una misma. Toca demostrar, científicamente, sus consecuencias, teniendo en cuanta que los efectos de las mutaciones no siempre son aditivos y las posibles interacciones, que técnicamente se denominan “epistasias”, pueden ser en sentido positivo, aumentando el efecto de cada una, como negativo, disminuyéndolo. Vamos, que, en inmunología, dos más dos tampoco siempre son cuatro.

En opinión del Dr. D. Ignacio López Goñi, microbiólogo de la Universidad de Navarra, no sabemos si es más transmisible, ni si sustituirá a otras variantes, ni si es más virulenta y causará enfermedad más grave, ni si será más fácil reinfectarse, ni si será más peligrosa en niños pequeños, ni si escapará a las vacunas actuales, ni si se extenderá por todo el planeta, pero sabemos que tenemos que vigilarla. Pero hasta que no dispongamos de evidencias ciertas, no es correcto pasar de vigilancia a alerta y mucho menos a alarma. Lo lamento por los medios de comunicación, ávidos de titulares. Diez días especulando sin fundamento. Algún modelo matemático señala que tiene gran capacidad de transmisión y virulencia con los no vacunados.

El sentido común nos indica que, en un continente con un 7% de personas vacunadas, es normal que el virus progrese a gran velocidad, lo que no es óbice para permanecer atentos y hacernos pensar que estamos en una pandemia global y lo que ocurra en otros países nos afecta. Cuantos más infectados haya por el mundo, habrá más virus y surgirán nuevas variantes. Eso sí que es alarmante. Y prohibir los viajes es aparentar que se hace algo. No sirve para nada.

Onkologikoa

Debe haber un misterioso personaje, antiguo componente del LABI, que previo traslado de su plaza de médico al ambulatorio Alde Zaharra, apareció en Onkologikoa, encerrándose en su despacho durante varios días sin presentarse al personal ni explicar sus objetivos. Me imagino que ya habrá emergido.

Hoy domingo

Crema de calabaza, albóndigas y peras al vino de Rioja alavesa. Tinto Solagüen. Café. Remy Martin para la peli policiaca repe en ETB2.