Los directores de entidades bancarias de Gipuzkoa saben de él, un viejo conocido de los servicios de seguridad que sigue en activo a pesar del tiempo transcurrido. Así lo demuestra su implicación en el atraco frustrado en marzo a la sucursal del banco Santander de Irun. Actualmente tiene 65 años, está afincado en Gipuzkoa y su nombre es José Juan Martínez Gómez, el Rubio, por el que es conocido el cerebro del mayor atraco con rehenes cometido en la historia de España, el 23 de mayo de 1981, en el Banco Central de Barcelona.

La Ertzaintza le arrestó hace unas semanas junto a otros dos cómplices de 53 y 69 años, todos ellos con un amplio historial delictivo a sus espaldas aunque, sin duda, destaca la de este almeriense que ha pasado más de media vida en la cárcel, y cumplió condena en la prisión de Martutene hasta enero de 2016. Como repite a menudo, no se queja de su destino. Dice que ha elegido "esta vida", hacer las cosas a su manera.

Así lo hizo el 24 de marzo en Irun, practicando un butrón para acceder al banco del paseo Colón, lo que obligó a acordonar durante seis horas el centro. El golpe se vio frustrado cuando los primeros empleados de la sucursal accedieron a sus puestos de trabajo y observaron que asomaba por un boquete el brazo de una persona que empuñaba un arma corta.AL MARGEN DE LA LEY

Ahí se encontraba una vez más el Rubio, un personaje casi novelesco que siempre se ha enfrentado a las consecuencias de su destino al margen de la ley. No pudo lograr su objetivo y huyó de Irun, municipio que bien conoce el almeriense.

Fuentes de la investigación indican que hace ya más de una década que se conocen sus atracos en la comarca de Bidasoaldea, donde acostumbraba a presentarse en entidades bancarias poco antes del cierre, aprovechando los instantes previos a bajar la persiana, esa hora en la que apenas hay clientes y sí mucho botín.

Durante unos meses actuó de este modo hasta en cuatro ocasiones, colocando en la diana de sus incursiones también a entidades de La Poste, la empresa francesa que gestiona el sistema postal en el país galo, con sede en París. "Se llevó importantes sumas de dinero en aquella época", indican las mismas fuentes. "Se le detuvo. Cumplió condena, y en uno de los permisos penitenciarios se le identificó de nuevo saliendo de una sucursal de Egia".

Ocurrió hace cinco años, en agosto de 2016. El Rubio y uno de sus cómplices fueron arrestados entonces por la policía vasca en el barrio de Martutene, horas después de maniatar a cinco personas en una sucursal de Kutxa en el barrio de Egia, de la que se llevaron un botín de 50.000 euros.

Con el paso de los años, este hombre ha ido variando su modus operandi. "Accedía a la oficina y esperaba el fin de semana en el interior, de tal manera que el lunes por la mañana tiraba la pared y cometía el atraco cuando entraba el primer empleado", indican las mismas fuentes. Es lo que ocurrió en Irun en marzo, aunque no contó con la posibilidad de que una empleada viera "el brazo de una persona empuñando una pistola", lo que acabó frustrando el golpe.

Largo historial policial y penal

El Servicio de Investigación Criminal Territorial de Gipuzkoa (SICTG) se hizo cargo de este último caso. Las pesquisas se centraron en tres personas. "En concreto, una de ellas, de 65 años, con un historial policial y penal por delitos de robo con violencia en entidades bancarias", detallaba este sábado la Ertzaintza en el comunicado en el que daba cuenta de su arresto.

Esa persona es el Rubio, el cerebro del atraco al Banco Central ocurrido el 23 de mayo de 1981, cuando 26 personas, comandadas por él, accedieron a esta entidad y tomaron como rehenes a 263 personas durante 36 horas. Los planes de Martínez Gómez fueron abortados por los GEO que, en una arriesgada actuación, liberaron a los rehenes y detuvieron a los delincuentes.

La operación, que pudo terminar en masacre debido al elevado número de personas implicadas en la misma, se saldó con un fallecido, el asaltante José María Cuevas. Una de las imágenes que dieron la vuelta al mundo y que se transmitió en directo por televisión fue precisamente la del propio Martínez Gómez saliendo del banco, al tiempo que liberaban algunos rehenes, apuntando con una pistola a uno de ellos.

Fue sentenciado a 30 años de cárcel. A partir de ahí la vida de el Rubio transcurre en un continuo entrar y salir de diversos centros penitenciarios a lo largo de la geografía española, con varias fugas incluidas. Así lo hizo de la prisión de Ocaña 1 el 29 de septiembre de 1988 aprovechando un permiso.

Un mes y cuatro días después fue localizado por un inspector de policía en un restaurante de Vilanoba (provincia de Barcelona). El responsable de investigación almorzaba en el mismo establecimiento. Como consecuencia del fortuito encuentro, se inició una "desastrosa e improvisada" intervención policial que se saldó con la muerte de dos agentes de policía y con el Rubio gravemente herido, al recibir dos disparos uno de los cuales le atravesó el abdomen.

En un primer momento, se apuntó a José Juan Martínez Gómez como autor de los disparos que acabaron con la vida de los dos policías, si bien más tarde se demostró que el arma que utilizó se quedó encasquillada y que las balas fueron disparadas por otro policía.

Pese a su prolija actividad delictiva, no se le ha atribuido ningún delito de sangre. Tras volver a ser encerrado, en 1996 se fugó de nuevo, esta vez en Castellón de la Plana, aprovechando un permiso especial de Navidad, si bien fue detenido un mes más tarde en Barcelona. El último delito del que se tiene constancia -esta vez en grado de tentativa-, le sitúa en Irun el pasado 24 de marzo, tras realizar un butrón en la sucursal del banco Santander.