El Kursaal ha acogido hoy el congreso 'Gure Lurra. Sembrando futuro', impulsado por la Diputación Foral de Gipuzkoa para acercar la realidad del primer sector y concienciar sobre su necesidad en la ciudadanía. En este contexto, varios jóvenes baserritarras vascos y navarros cuya voz no se suele escuchar habitualmente han ofrecido su punto de vista personal sobre su profesión, que les apasiona pero que resulta muy exigente, además de tener un futuro complicado al no ser autosuficiente y haber cada vez menos baserritarras menores de 40 años.

Iosu Estenaga cría caballos y ganado bravío, además de cultivar espárragos y olivos, junto a su hermano en la localidad navarra de Espronceda. "Lo hemos vivido en casa desde pequeños. Venimos de una familia baserritarra de cuatro generaciones y hace cinco años comenzamos en esta aventura, complicada pero muy gratificante. No hemos tenido que empezar de cero, que es lo difícil en este sector", ha contado.

Espronceda es una localidad de poco más de 100 habitantes y solo los hermanos Estenaga se dedican al campo: "Nadie más", ha recalcado Iosu, aprovechando este dato para hilarlo con la despoblación de las localidades pequeñas: "Hay muy pocos jóvenes en el pueblo. El 75% de la población son mayores de 65 años. El relevo generacional es importantísimo en el campo y en los pueblos. Si no, se van quedando sin habitantes". "Somos casi una especie en extinción", ha llegado a decir este baserritarra navarro refiriéndose a los jóvenes que se dedican al cultivo del campo o a la cría de animales. "Es difícil cubrir costes y así estás condenado al fracaso. Si el negocio no es viable...", ha comentado, dejando en el aire la segunda parte de la frase.

La zumaiarra Maite Manzisidor se dedica a la actividad agrícola y ganadora, tareas a la que ella y su familia han unido recientemente el agroturismo. "¿Por qué disteis el paso?, le ha preguntado el moderador, Xabier Euzkitze. "Muy fácil. Del primer sector no se pueden pagar las facturas", ha sido su respuesta. "El agroturismo ha sido una salida para nosotros. Si el turismo paga, había que meterse ahí. Es un poco triste, pero es así. Los productos que cultivamos no se pagan como hay que pagarlos. Somos el único sector en el que lo que producimos no recibe a día de hoy un precio digno, lo que hace que la situación sea complicada".

Adur Goristidi, de Abaltzisketa, se dedica a la ganadería junto a su hermano y ha coincidido con Maite en que "el producto tiene que tener su valor, un precio digno". "Quizás sea el momento de buscar otros modelos o maneras de llevar a cabo esta labor en los caseríos. Si no, se puede acabar como forma de trabajo", ha llegado a decir. "En nuestro caso mi hermano yo yo hicimos un plan de viabilidad y nos lanzamos a la piscina, aunque no había mucha agua". Este baserritarra guipuzcoano ha aprovechado para pedir también un poco más de "cariño" a las administraciones: "La burocracia es lo que menos nos gusta. Voy a poner un ejemplo. La semana pasada nos dieron una ayuda económica para maquinaria. Para justificar el proceso de compra tuve que hacer gestiones por teléfono a nivel de administración que resultaron muy complicadas".

La dureza inherente al primer sector es otra de las cuestiones que echa para atrás a muchos jóvenes. "Estás todo el día trabajando. Si no hay un modelo sostenible a todos los niveles, al final la gente se irá de los pueblos", ha comentado Jon Larrinaga, que se dedica a la cría de cerdos en Legarda. Iosu Estenaga se ha mostrado de acuerdo: "No trabajas 24 horas al día, pero casi. La gente quiere tener tiempo libre y aquí estás siempre sujeto. Es algo que hablamos mucho entre los amigos ganaderos. Te tiene que gustar muchísimo y vivirlo, estar enamorado de tu trabajo. Yo lo estoy".

"Mis amigos me suelen decir que elija una vida más fácil. Pero esto tienes que quererlo o no, y los que estamos aquí lo queremos", ha añadido Maite. También siente esa "pasión" María Abete, que ha dado continuidad al negocio familiar, Bodegas Máximo Abete, situado en San Martín de Unx (Navarra). "Estudié Ingeniería Industrial y probé suerte en algunos trabajos, pero siento mucho más la viña y el vino. Es algo que me llena más", ha comentado esta joven navarra, que cree que fomentar estos trabajos entre los jóvenes es también "una forma de mantener la unidad de los pueblos": "Viene el fantasma de la despoblación y los trabajos agrícolas pueden servir para fijar población. Necesitamos un modelo que tenga más futuro".

Una solución para el primer sector puede ser la formación de cooperativas, como ha hecho el vizcaino Markel junto con otras nueve personas: "De los diez, seis tenemos 40 años o menos. Tenemos vacas y ovejas y trabajamos todos los productos de forma ecológica. Funcionamos con venta directa en pueblos de alrededor. Al ser diez personas, algún fin de semana podemos librar y hemos empezado incluso a hacer turnos de mañana y tarde. Puede ser una manera de funcionar que atraiga a los jóvenes a dedicarse a esto y también a tener una vida digna. Como decimos nosotros, cuidamos la tierra y los animales, pero hay que cuidar también a las personas".

"COMPROMISO" DE LA DIPUTACIÓN

Markel Olano ha reafirmado en la jornada -que ha contado con la presencia de 500 personas- el "compromiso" de la Diputación para impulsar el primer sector. "Las partidas dirigidas al desarrollo rural suman en torno a 39 millones, casi un tercio del presupuesto del departamento de Promoción Económica, Turismo y Medio Rural. Las ayudas directas desde 2005 a los jóvenes ha propiciado, según el ente foral, que en este tiempo 254 personas de menos de 40 años hayan dado el salto al primer sector.

"El primer sector es un agente clave, porque nos garantiza alimentos y materias primas de calidad, da vida a nuestras zonas rurales, contribuye a una gestión sostenible del medio natural y es parte de nuestra identidad y nuestro paisajes", ha subrayado el diputado general, que ha pedido a la población "un cambio en las costumbres de consumo", priorizando el producto de cercanía, y ha indicado la importancia de "hacer cantera". "Necesitamos los Xabi Prieto y Aintzane Encinas del primer sector", ha indicado.

Precisamente los exjugadores de la Real Sociedad han sido, junto al entrenador Mikel Etxarri, el exciclista Perico Delgado y el alpinista Alberto Iñurrategi los rostros conocidos que han mostrado su apoyo al primer sector. "Cuando vas al extranjero con el equipo, te das cuenta de la calidad de los productos de aquí. Hay que valorarlo", ha destacado Prieto. Todos ellos han subrayado "el trabajo, la humildad y la perseverencia" como valores ligados al primer sector y que deben ampliarse a la vida en general.