El vecino de Rábade (Lugo) que asesinó a su hermano en noviembre de 2019 ha sido condenado a diez años de prisión por la Audiencia Provincial de Lugo, que ha emitido su sentencia días más tarde de que un jurado popular declarase al procesado culpable de un delito de homicidio. La sentencia condenatoria, emitida por la sección segunda de la Audiencia Provincial de Lugo el pasado lunes, determina una pena de diez años de cárcel por un delito de homicidio con la concurrencia de la agravante de parentesco y las atenuantes de confesión y arrebato.

El crimen, que llegó a juicio la pasada semana en la Audiencia luguesa, se produjo el 23 de noviembre de 2019 en la casa que los hermanos compartían en el municipio lugués de Rábade. La víctima padecía una discapacidad del 65% por la que había sido incapacitado a través de sentencia judicial a comienzos del año en el que murió asfixiado a manos de su hermano, quien, tras cometer el crimen, llamó a la Guardia Civil por teléfono para confesar.

Llegados al lugar, los agentes se encontraron al homicida que, tras pedirles que lo esposaran, les indicó dónde se encontraba el cadáver y cómo podían acceder allí. Así, el tribunal, en la línea de lo establecido en el veredicto del jurado popular, incide en que el homicidio se produjo "a consecuencia de algún estímulo no concretado pero de entidad suficiente" que la víctima hizo hacia el agresor de forma previa y que ocasionó "un estado pasional" que lo llevó a cometer el crimen.

Sobre esto último, los jueces apuntan que aunque no es posible conocer qué fue lo que ocurrió antes de la agresión debido al "silencio permanente" del condenado, el jurado consideró en su veredicto que sí existieron este "cúmulo de hechos" sin concretar que provocaron que el agresor "se viera obcecado momentánamente" y asfixiase a su hermano tapando su boca y apretando su cuello con sus manos.

De hecho, el acusado trasladó al psiquiatra de la prisión donde estuvo interno que la muerte de su hermano "no tenía que haber ocurrido" porque "no se llevaba tan mal" con él, aunque, como señaló la profesional durante el juicio, sí le había confesado que había "tensión" por los gastos que realizaba el fallecido. "Todo este cúmulo de datos es lo que lleva a entender que se produjo una situación tal que llevó a que el acusado actuara en un momento de obcecación y concluyera la agresión hasta producir la muerte de su hermano", recoge el tribunal en la sentencia.