- La inmunoterapia, una estrategia de tratamientos que ha abierto una nueva senda en la lucha contra el cáncer en la última década, podría contribuir también a reducir la mortalidad causada por el coronavirus y potenciar la eficacia de las vacunas, según un estudio cuyos resultados, no obstante, deben tomarse con cautela ya que aún no han sido testados en seres humanos.

Científicos españoles del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Universitario La Paz de Madrid, del Centro Nacional de Biotecnología (CNB) perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), han demostrado que una inmunoterapia compuesta de bacterias muertas, denominada MV130 y producida por la empresa española Inmunotek, protege contra la infección causada por el coronavirus SARS-CoV-2 en ratones susceptibles al virus.

La inmunoterapia consiste en una activación reforzada de la respuesta del sistema inmune del organismo. La vía escogida en este estudio se basa en la administración intranasal de un preparado de bacterias muertas y los resultados publicados han permitido comprobar que la mortalidad de los ratones infectados fue significativamente menor cuando recibieron esa inmunoterapia antes de la infección.

Para David Sancho, del Centro Nacional de Investigaciones Científicas, se trata de un medicamento en investigación en el Estado que ya se ha utilizado en ensayos clínicos con buenos resultados en infecciones recurrentes respiratorias en niños y adultos, y que se podría fabricar en cantidades suficientes para administrar a grupos de riesgo, como mayores de 70 años.

En este sentido, las vacunas tienen como objetivo preparar al sistema inmunitario frente al virus que provoca el covid-19.

El efecto protector de estas vacunas se genera gracias a lo que se denomina memoria inmunológica. Hasta hace muy pocos años se creía que la inmunidad específica (adaptativa) era la única que poseía memoria (capacidad de recordar patógenos previos, como virus, bacterias, entre otros, y desencadenar la respuesta para defender el organismo), mientras que la inmunidad innata (no específica para un patógeno concreto) no la tenía.

“Hoy se sabe que se puede entrenar la inmunidad innata para conseguir una mejor respuesta frente a infecciones posteriores no relacionadas. Por ejemplo, entrenar la inmunidad innata con preparados bacterianos para proteger frente a infecciones virales, como SARS-CoV-2. Además, este entrenamiento perdura en el tiempo”, explica Sancho.

“Dada la alta eficacia de las vacunas frente al covid-19, creemos que su aplicación se limitaría a aquellos individuos que puedan tener una menor respuesta a la vacunación”, asegura David Sancho. Estos colectivos incluyen a personas vulnerable por el efecto de tratamientos inmunosupresores, así como otras con enfermedades crónicas.

Prevención

La inmunoterapia reactiva lo que se conoce como memoria innata de las células del sistema inmune, que luchan de manera conjunta contra infecciones no relacionadas entre sí.

Vacunas

El estudio subraya que la inmunoterapia refuerza el efecto de las vacunas, lo que podría ser beneficioso de cara a potenciar la eficacia de los sueros existentes.