s la niña de nuestros ojos”, reconocen al unísono y esbozando una amplia sonrisa María Ollo e Isabel Fernández, autoras de Conecta, una guía práctica para aumentar el bienestar de las personas. Se trata de una autoedición que salió a la luz a finales del mes de julio, con una primera tirada de 400 ejemplares de los que ya se han vendido más de la mitad. Es una herramienta conceptual y práctica para personas que desean aumentar su bienestar. Ante la confusión existente hoy en día en torno a este término y a la escasez de modelos prácticos completos, esta guía proporciona un método que te orienta en el camino de una manera integral. Facilita el autoconocimiento y el desarrollo personal para vivir una vida más consciente, plena y feliz.

En estos tiempos que corren, un tanto oscuros y llenos de confusión, estas dos donostiarras han tratado de iluminar el camino porque “a medida que aumenta tu bienestar, aumenta tu luz”, asegura María. Isabel es de la misma opinión: “Cuando más construyes tu bienestar, más puedes brillar. No hay que tener miedo a brillar”, considera.

“Nosotras no somos unas grandes teóricas del bienestar”, dejan claro. El objetivo ha sido “reunir todo ese conocimiento existente de las personas que saben sobre bienestar y lo estudian en profundidad”, tomando como referencia un libro en concreto, Cuestiones sobre bienestar, del doctor Rafael Bisquerra, un referente y precursor en el ámbito de la educación emocional y el bienestar. “Nos ha escrito el prólogo. Le abordamos en un seminario, tres semanas antes del confinamiento. Le llevamos un prototipo y le explicamos nuestra idea y como le vimos tan receptivo, nos vinimos arriba y se lo pedimos”, recuerda un tanto avergonzada María Ollo. “Para mí es como una rock star”, añade. “Nos gusta realizar nuestros sueños y ese era uno de ellos”, apostilla Isabel Fernández.

Elegir el título de esta guía fue sencillo. “Vivimos muy deprisa, no paramos, no reflexionamos y al no parar, no conectamos con nosotros mismos, que al final es el ejercicio que debemos hacer para evolucionar como seres humanos”. De ahí el nombre Conecta, “contigo mismo y con los demás”, explica Ollo, para quien el mundo está “inmerso en una paradoja”. Entiende que es el momento de la historia “en la que más conectados estamos. De hecho, vivimos en un mundo globalizado e hiperconectado, pero, curiosamente, estamos desconectados de nuestra esencia como seres humanos. Y la soledad no deseada, cada vez está más extendida en nuestra sociedad”. En su opinión, “hemos avanzado mucho a nivel tecnológico, pero a nivel humano estamos como hace 2.000 años: hay una violencia increíble, nos seguimos matando... Y, ¿qué necesitamos? Parar, reflexionar y mucha educación emocional. Necesitamos desarrollar la inteligencia emocional. Es ahí hacia dónde deberíamos ir”, desea la donostiarra.

Para María, asesora de Desarrollo Personal, “el bienestar se construye, no es algo que venga de serie. El bienestar es un concepto amplio y complejo. En el contexto científico se utiliza bienestar subjetivo como sinónimo de felicidad; así que podríamos decir que bienestar es el concepto científico y la felicidad, el concepto filosófico”. Lo que sí tiene claro es que “a la felicidad hay que echarle ganas”, algo en lo que coincide su partener: “Hay que currársela, es un proceso que dura toda la vida”. Isabel, coordinadora del Proyecto de Innovación en Formación Dual en la Universidad de Deusto, va más allá: “Todos pensamos que sabemos gestionar nuestras emociones porque somos seres humanos y las tenemos, pero no es así. Saber lo que hay que hacer no garantiza poder hacerlo, porque hoy todavía no tenemos de manera generalizada una ruta neurológica entrenada para ello”. En su opinión, “dentro de todas las dimensiones del bienestar, la más potente y la que más influencia tiene en las demás es el bienestar emocional”.

Se trata de una guía que va dirigida a todas las personas: a las que quieran iniciar un proceso de crecimiento y evolución personal y no saben por dónde comenzar; a aquellas que quieren continuar un proceso ya comenzado y abrir nuevas vías; a profesionales de alguna de las dimensiones del bienestar integral; y a personas que trabajan en la educación. “Queremos contribuir a que las personas puedan sentirse mejor y vivir una vida más plena, consciente y feliz, sin pretender descartar sentir las emociones negativas” porque “a todos nos pasan cosas malas, pero hay que conocer cómo transitar por esos procesos. Y eso se aprende y con esta guía puedes llegar a entrenarte en ello”, asegura Isabel.