La asociación InRecovery y Sociedad Española de Psiquiatría Clínica (SEPC) han revelado que la adicción al alcohol es, entre siete condiciones o enfermedades posibles, la más estigmatizada para diferentes roles sociales, seguido del Sida en situaciones intrafamiliares. Así se ha puesto de manifiesto en la primera 'Encuesta Nacional de Percepción frente a Personas con Adicción al Alcohol' que ambas entidades han realizado para evidenciar qué grupos sociales tienen mayor estigma hacia las personas adictas al alcohol para desarrollar estrategias orientadas a disminuir este rechazo.

Con motivo de la Celebración del Día sin Alcohol (15 de noviembre) se ha presentado los resultados de esta encuesta para, tal y como ha desvelado el presidente de la SEPC, Gabriel Rubio, comenzar a disminuir el rechazo de la sociedad hacia las personas con adicción porque "su recuperación depende del grado de estigma". Para ello, se ha recurrido 2.500 encuestados que, de forma 'on line', han respondido a un total de 15 preguntas en las que tenían que ordenar varias condiciones o enfermedades (adicción al cannabis, obesidad, sida, vagabundo, adicción al alcohol, malformación/cara desfigurada y depresión) en un ranking del uno al siete, donde la última posición es la condición más indeseada. Entre las preguntas han figurado '¿Cuál preferiría de vecino?', ¿cuál preferiría de pareja?' o '¿cuál preferiría tener como médico?'.

Concretamente, el estudio ha deparado que la condición o enfermedad más estigmatizada para los roles de persona que no estan en el entorno familias (vecino, médico, profesor de niños) es la adicción al alcohol mientras que en el entorno familiar es la segunda, por detrás del sida. "La criminalización de los comportamientos relacionados con el uso de drogas parece legitimar la condena moral. Estos estereotipos, unidos a las campañas publicitarias en las que se relaciona el consumo de bebidas alcohólicas con diversos valores sociales, la solidaridad, la ecología o la lucha por el cambio climático, hacen que la vergüenza por haber desarrollado la dependencia alcohólica favorezca la idea de que ellos no son normales", ha explicado Gabriel Rubio.

Las mujeres han mostrado más rechazo que los hombres a la adicción del alcohol, tanto en el entorno familiar como en un entorno más amplio, y los hombres han reconocido beber con mayor frecuencia que las mujeres. Al respecto, según los grupos de edad, los jóvenes 18-30 afirmaron beber ocasionalmente y las personas de 41-50 años dijeron que bebían diariamente.

Sin embargo, el grupo de edad que mayor estigma tiene hacia la adicción al alcohol en el contexto familiar, está formado por 154 sujetos (6,16%) de los que 98 eran mujeres y 55 varones, predominando de forma significativa el grupo de 41-50 años y en la CCAA de La Rioja, Aragón y Cantabria. En resumen, este grupo lo formaban personas que bebían ocasionalmente, que reconocieron tener amigos o familiar con problemas de salud mental y problemas con el alcohol.

Uno de los actuales problemas a los que se enfrentan estas entidades son las campañas de publicidad de bebidas alcohólicas, ya que, a juicio del presidente de la SEPC, "parece que la persona que no quiere beber es una persona rara". "Las campañas actuales no venden marcas, venden valores y se centran en los más jóvenes y, en muchas ocasiones, enseñan que para ser parte de la sociedad y tener un sentimiento de pertenencia al grupo se tiene que beber", ha criticado.

EL ESTIGMA SE ACABA CREYENDO

Por ello, Gabriel Rubio ha insistido en que una de las principales líneas de trabajo que pretenden desarrollar es luchar por los valores y derechos civiles de las personas dependientes del alcohol que, "tras escuchar cómo les estigmatiza la sociedad" ellos se lo acaban creyendo "y es lo peor que les puede ocurrir". "Es necesario crear una sociedad que ayude y apoye la recuperación para conseguir que las personas que se recuperan tienen bases sólidas para hacerlo. Vamos a luchar por hacer entender que son personas y que tienen aspectos positivos como cualquier otra", ha manifestado.

Otro de los temas en los que Rubio ha insistido es en aclarar que la adicción al alcohol "no es un vicio" si no "una enfermedad" y que cada vez son más las mujeres que también padecen esta patología. "Hace unos años predominaban los hombres, había una mujer por cada diez varones pero ahora se empieza a igualar y las mujeres ya son la mitad de los hombres", ha explicado.

¿LA COVID-19 HA AFECTADO?

El presidente de la SEPC, que además es médico del Hospital 12 de Octubre, ha asegurado que durante la pandemia el uso de tranquilizantes y alcohol ha incrementado "mucho" pero especialmente se ha notado al finalizar el verano del 2021. "Muchas personas no pudieron reconducir sus situaciones y al finalizar septiembre se han puesto en manos de sus médicos, a los que ya han podido ver cara a cara", ha expuesto.

El profesional ha detallado que el incremento se ha multiplicado por dos pero, en el caso de las personas que ya tenían adicción, solo se ha experimentado dos recaídas por cada 100 personas. "No tenían alcohol en casa, los bares estaban cerrados y ya estaban en un proceso largo de recuperación, por lo que les ha venido genial", ha confesado. Sin embargo, ha concluido advirtiendo que "aún hay un número importante de población que no le ha hecho saber a su médico sus problemas con el alcohol".