ERNIO - La borda Zelatun, lugar de parada obligada para los montañeros que acuden al monte Ernio, ha sido esta mañana escenario de un bonito y emocionante encuentro entre Alex Txikon y tres personas mayores que viven en las distintas residencias de Matia Fundazioa situadas en Donostia y Zumaia. Esta curiosa relación se gestó en pleno confinamiento, cuando el montañero vizcaíno comenzó a charlar, mediante Zoom, con varias personas usuarias de estos centros de mayores, todas ellas aficionadas al monte, para contar sus aventuras y compartir experiencias.

El proyecto, denominado Encuentros de altura, nació de la mano de CaixaBank y Fundación La Caixa, que colaboraron con Matia Fundazio para que Alex Txikon, considerado uno de los mejores montañeros del mundo, tuviera unas charlas semanales con personas mayores que, debido a la pandemia, no podrían salir de las residencias. Surgió como una iniciativa que podía traer consigo "bienestar" a los residentes y motivarles en un contexto complicado. Los centros pusieron las herramientas tecnológicas necesarias y Txikon, hablador, extrovertido y alegre, hizo el resto, convirtiendo estas charlas semanales en todo un acontecimiento y una iniciativa que volvió a ilusionar a estas personas mayores. "Esperaban con ganas cada martes", cuentan los promotores de la iniciativa.

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Alex Txikon y tres residentes de Matia Fundazioa se han encontrado en el monte Ernio.

En una de esas charlas, que se han alargado durante año y medio, el montañero vizcaino, que actualmente reside en Azpeitia, propuso a sus interlocutores que un día tenían que verse en persona. Y ese día ha llegado hoy. Gracias a la ayuda de la DYA, que ha habilitado dos vehículos para hacer posible el encuentro, tres residentes de Matia -Boni, Antonio y Miguel Mari- se han citado a media mañana con Alex Txikon en la borda Zelatun. El lugar no ha sido escogido al azar. Boni y Miguel Mari han acudido muchas veces al Ernio a disfrutar de la naturaleza. En el caso de Antonio, su vínculo es aún más estrecho: fue durante 25 años pastor en este monte y solía descansar en las campas de Zelatun. No han podido acudir por motivos de salud otros residentes como Pedro, Antxon, Ramón o Irune, que también solían conectarse a las charlas.

Txikon, Boni, Antonio y Miguel Mari han compartido un agradable rato de charla dentro de la borda mientras tomaban un caldo y un bocadillo de chorizo, y luego el montañero ha salido a dar una pequeña vuelta con Miguel Mari y Boni, este último apoyado en dos muletas, aunque el frío ha aconsejado acortar la vuelta. Antonio, en silla de ruedas, ha preferido quedarse dentro. Los tres mayores destacaban la "generosidad" de Txikon en sus charlas, mientras el vizcaino reconocía que por la mañana se sentía "nervioso" ante el encuentro con quienes ha compartido ya unas cuantas horas de charla telemática. "Y yo no suelo ponerme nervioso,¿eh?". Se notaba que el vínculo entre ellos se ha hecho fuerte.

"Llevo diez años colaborando con CaixaBank y Fundación La Caixa y cada mes suelo hacer charlas, normalmente con colegios. Me arreglo bien con los chavales, pero me arreglo mejor con la gente mayor. Me transmiten mucho, me gusta compartir experiencias... y pensé en hacer algo con la gente mayor. La Fundación habló con Matia y empezamos esto en pleno confinamiento. Me acuerdo que volví de una expedición el 6 de marzo, una semana después llegó el estado de alarma y en abril hicimos la primera charla por Zoom".

CONEXIONES DESDE EL EVEREST

Txikon preparó una serie de charlas -por ejemplo tenía pensado hablar del material que lleva a las expediciones-, pero enseguida surgió la química entre el montañero y los residentes y las charlas fluyeron con naturalidad. Salvo en el confinamiento estricto, el montañero se ha conectado desde diversos lugares del mundo donde ha estado llevando a cabo diversas expediciones. Así que Pedro, Boni, Miguel Mari y compañía han podido -mediante la pantalla del ordenador- callejear por Katmandú (capital de Nepal) o situarse en el campo base del Everest, donde un día vieron llegar en directo un helicóptero y otro tuvieron la oportunidad de saludar a otro mito del montañismo como es el corredor Kilian Jornet.

Cuentan las cuidadoras de Matia que los residentes están "entusiasmados" con las anécdotas que les cuenta Txikon y que algunos incluso han mejorado a nivel psicológico gracias a estos encuentros, mostrándose "más comunicativos". Las anécdotas, por cierto, quedan entre ellos, ya que dice Txikon que les ha contado cosas "que no sabe ni siquiera gente que está cerca de mí". "Me gusta comunicar, el tema es ponerle ganas. Está siendo algo muy bonito porque yo recibo más de ellos que lo que les doy. Si por lo que sea no podíamos hacer la charla, lo echaba en falta. Prácticamente hemos mantenido la periodicidad semanal y alguna semana un par de veces si hay algo distinto que mostrarles".

¿Y qué sienten los mayores al ver a Txikon en lugares como el Everest? "Pues envidia", reconoce Boni: "Ya me hubiera gustado hacer eso de joven. He andado mucho por el monte, pero por aquí cerca: Euskadi, Navarra, Monte Perdido...". Además de contar sus aventuras, el montañero vizcaino escucha lo que estos usuarios de las residencias les cuentan. Por ejemplo, que Antonio se ha pasado horas pastoreando las ovejas por el Ernio, donde regresar hoy le ha producido una gran "emoción". No en vano, el todoterreno de la DYA que le ha llevado hasta Zelatun pasó al lado del caserío donde residió. O por ejemplo que Miguel Mari se pasaba "horas" haciendo rutas por el monte y que hasta hace poco andaba hora y media diaria por Zumaia. "Nos hemos hecho muy amigos de Alex", dice dándole unas palmadas en la espalda. Lo distendido del ambiente ha dado pie a que Miguel Mari sacara la armónica del bolsillo y deleitara a los presentes con unas cuantas canciones.

"El encuentro semanal por ordenador era la actividad estrella de la pandemia, les daba alegría a los residentes", comentan desde Matia: "Una de las claves, más allá de lo que cuenta, es que Alex se implica mucho, les pregunta qué tal están, tiene detalles con ellos". Como conseguir un vídeo de Julian Iantzi felicitando su 90 cumpleaños a Boni, fan de El Conquistador del fin del mundo.

"La montaña es nuestro nexo de unión y teníamos claro que nos teníamos que encontrar aquí", comenta Txikon, convencido de que iniciativas como esta "pueden cambiar muchas cosas con poco". De hecho, ha comenzado a tener encuentros telemáticos con otro grupo de personas mayores de una residencia de Bilbao y anima a otros deportistas o gente famosa a poner en marcha iniciativas parecidas: "Hay gente conocida y con muchas cosas que aportar que podría hacer algo parecido. Sería bonito que hubiera réplicas de esto".

Ainhoa Arrillaga, dinamizadora de MatiaZaleak -que entre otras cosas organiza este tipo de actividades para el bienestar de los residentes- destaca que las charlas han servido para "generar recuerdos y bienestar" y que Txikon "abre a las personas mayores una ventana nueva. Ha sido una manera de conocer el mundo gracias a él, ha sido como estar ahí". Normal que estén deseando que el montañero regrese a mediados de diciembre al Manaslu, en Nepal, y que haga una conexión en directo para contar sus aventuras. Porque Txikon no tiene ninguna intención de que las charlas acaben con el encuentro de ayer. Al revés, quiere que la iniciativa "crezca".