- La Fiscalía de Gipuzkoa mantuvo ayer su petición de cuatro años de cárcel para el acusado de desfigurar a un hombre al que presuntamente rompió una copa en la cara durante un altercado en una discoteca donostiarra, que le causó una “herida compleja” de siete centímetros que requirió de 70 puntos de sutura “por planos”.

Durante el juicio por estos hechos, celebrado en la Sección Primera de la Audiencia Provincial, la acusación particular, que ejerce el letrado Juan Gonzalo Ospina en representación de la víctima, reclamó seis años de reclusión para el acusado, cuya defensa, a cargo del abogado Álvaro Marcet, pidió la libre absolución de su cliente.

Los hechos enjuiciados sucedieron la madrugada del 16 de agosto de 2016, en el interior de la citada sala de fiestas donde, según declaró la víctima, varias personas comenzaron a “molestar” a las chicas de su grupo de amigos y, al intentar mediar, el acusado, que vestía una camisa rosa, se le encaró, le dijo que “no pintaba nada” allí y le pidió que se “largara”.

Seguidamente, él se dio la vuelta para dejar su cerveza en la barra y al volver a girarse recibió un golpe en la cara, sintió un “crujido”, cayó al suelo y, al darse cuenta de que estaba sangrando, gritó: “¡El de rosa!”. En ese momento, según explicó, vio cómo el personal de seguridad retenía a otro chico, vestido con una camiseta rosa, distinto al agresor, quien para entonces ya “se estaba marchando” del lugar, por lo que le siguió y, ya en la puerta de la discoteca, se abalanzó sobre él.

Ambos se enzarzaron y fueron agarrados por el personal de seguridad, si bien una tercera persona agredió al portero que retenía a su agresor, circunstancia que el hombre aprovechó para alejarse sin que nadie hiciera caso a sus peticiones de que lo detuvieran, porque, como comentó, él se encontraba “muy alterado”.

Seguidamente, llegó la Guardia Municipal, fue conducido en una ambulancia al Hospital y, al declarar en dependencias policiales, explicó que el joven que estaba detenido no era el agresor y éste fue puesto en libertad. Más adelante, reconoció en una rueda fotográfica al acusado, al que ayer volvió a identificar “sin género de dudas”. Por su parte, el acusado reconoció que aquella noche estuvo en la discoteca, donde vio que se producía un “tumulto”, por lo que todos los que estaban dentro del local tuvieron que salir fuera, si bien él no tuvo “ningún altercado” con nadie. El joven explicó que vestía camiseta rosa, la víctima mantiene que su agresor vestía una camisa, y desveló que había consumido alcohol y drogas. Durante la sesión, se proyectaron imágenes en blanco y negro captadas por las cámaras de seguridad de la discoteca, en las que se ve cómo varias personas abandonan el local, una de ellas con una copa en la mano sobre la que se abalanza la víctima y ambos caen por las escaleras. El inculpado negó ser esa persona.