- La ciencia es una carrera de fondo. Está llena de obstáculos y más si se es mujer. En ciencia, también, ser es ser percibida. El mundo de la ciencia está plagado de investigadoras brillantes cuya presencia mengua a medida que se escala en los puestos de responsabilidad en lo que se conoce efecto tijera. Reconocer esta labor, muchas veces silenciada, y aportar referentes para las nuevas generaciones de chicas que se acercan a las ciencias, la medicina o la tecnología es el objetivo de los premios que desde hace tres años entrega la Fundación Vasca para la Ciencia, Ikerbasque, junto al Departamento de Educación.

De entre 300 investigadoras, Miren Cajaraville, catedrática de Biología Celular (UPV/EHU); Malu Martínez-Chantar, investigadora principal en CIC bioGUNE; y Paola Ferrario, investigadora Ikerbasque Research Associate en DIPC, han sido las galardonadas este año “por su gran nivel científico” lo que, a juicio de la comisión evaluadora, refleja “el gran potencial de la ciencia realizada en Euskadi por las mujeres investigadoras”.

El consejero de Educación, Jokin Bildarratz, afirmó que es necesario que la sociedad, pero especialmente las chicas, “tengan referentes en las que fijarse, que conozcan a las investigadoras de Euskadi que día tras día se preocupan por mejorar nuestras vidas”. Bildarratz recordó que, a pesar de que los libros de historia se han empeñado en decir lo contrario, las mujeres, desde que la ciencia es ciencia, “han participado y han sumado. A pesar de que no se les ha reconocido ese esfuerzo, han ayudado, y mucho, en el avance de nuestras sociedades”.

El titular de Educación subrayó el empeño de su gabinete para desarrollar la estrategia STEM, que persigue incrementar el número de vocaciones cientifico-tecnológicas. Según dijo, las enseñanzas y las profesiones STEM “van a enriquecer nuestra sociedad gracias a la implicación y al trabajo de miles de personas. Miles de hombres y mujeres”. Bildarratz afirmó que las universidades y los centros de investigación “son un ejemplo vivo de la labor que hoy en día desarrollan las mujeres en la Red Vasca de Ciencia, Tecnología e Innovación. Son muchas, sí, pero deberían ser más”.

Visiblemente agradecida recogió su reconocimiento Malu Martínez-Chantar, una de las especialistas más reconocidas en la investigación de los cánceres hepáticos. La curiosidad por la ciencia despertó en Martínez-Chantar a los cinco años tras escribir uno de los primeros regalos de los Reyes Magos que recuerda, un microscopio. Hay momentos -dijo- que marcan el curso de la vida de una persona. “Para mí, sin duda aquel microscopio amplió mi campo de visión y despertó en mí, sin vuelta atrás, la necesidad de descifrar más allá de lo evidente lo que ocultaba una gota de sangre o una gota de lluvia y que con el paso de los años se tradujo en descifrar complejas rutas y alteraciones metabólicas de desintonizan y alteran nuestras células hasta desarrollar, por ejemplo, un cáncer hepático”. Tras subrayar que la ciencia no tiene género, la investigadora del CIC bioGUNE mostró su convencimiento de que “mujeres y hombres brillantes juntos al mismo nivel alcanzamos mucho antes cualquier meta”.

La bióloga vasca Miren Cajaraville acogió el premio como reconocimiento a su carrera, a la ciencia de excelencia que se desarrolla en la UPV/EHU y a su área de investigación, el diagnóstico de la salud de los ecosistemas y, especialmente, de los ecosistemas marinos, utilizando las herramientas celulares y moleculares. Recordó que hace 30 años este enfoque era despreciado por colegas de profesión aunque ahora está plenamente alineado con las estrategias internacionales de vertido cero. “A veces nos hemos sentido como el doctor House o como los protagonistas de CSI Las Vegas”, bromeó para asegurar que, pese a las dificultades, se seguirán haciendo preguntas y gestionando las frustraciones para que avance el conocimiento.

Por su parte la científica más joven del grupo, la física milanesa Paola Ferrario, agradeció el reconocimiento y sobre todo la oportunidad de trabajar “con un detector de neutrinos para su posible impacto en la mejora de la instrumentación médica a través de la tomografía de positrones”.