- La Asociación de Voluntariado Social de Mayores, Nagusilan, ha retrasado un año la celebración de su 25º aniversario por culpa de la pandemia, época durante la cual se ha volcado en la búsqueda de formas alternativas para seguir acompañando a aquellas personas mayores en situación de soledad no deseada.

Esta agrupación conmemoró finalmente ayer sus 25 años con un acto en el Kursaal, que contó con la asistencia de más de 300 personas, entre ellas el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, la diputada de Políticas Sociales, Maite Peña, y la viceconsejera de Políticas Sociales, Lide Amilibia.

El presidente de Nagusilan, José Ramón Ecenarro, aseguró que la pandemia ha evidenciado una “problemática social” que esta entidad ya divisó hace 25 años, que es “la vulnerabilidad que suponen las situaciones de soledad física y emocional no deseada”.

Ecenarro quiso destacar la labor realizada por las más de 5.000 personas voluntarias que han sido parte de Nagusilan a lo largo de estos 25 años: “Una dedicación, un trabajo y una solidaridad que han hecho que Nagusilan continúe siendo una asociación de referencia en Euskadi por su actividad y por dar voz a las personas mayores en los diversos foros y consejos autonómicos, provinciales y locales”.

“Hoy, más que nunca, consideramos fundamental ampliar las oportunidades para las personas de edad e incrementar su acceso a la salud, las pensiones y la protección social. Y en especial, las de las mujeres que han dedicado y dedican sus vidas al cuidado de las personas mayores y que merecen un apoyo y reconocimiento mucho mayor”, defendió Ecenarrro.

En su opinión, es necesario “escuchar las voces, sugerencias e ideas de las personas mayores para construir sociedades más inclusivas y adaptadas a nuestras necesidades”.

El acto se cerró con un homenaje a las personas voluntarias que han finalizado su andadura en Nagusilan, así como a las fallecidas durante la pandemia.

Esta asociación impulsó diferentes fórmulas durante el confinamiento para acompañar a los mayores, entre ellas, el refuerzo de su servicio de acompañamiento telefónico Hilo de Plata, que cuenta con una red de voluntarios formados para atender las llamadas, que tienen una edad similar a las personas que lo demandan y que, mediante una charla amena, ayudan a paliar la sensación de soledad.