- El programa de control de especies invasoras en Euskadi va a testar, por primera vez este año, la posible presencia en todos los municipios de más de 10.000 habitantes del mosquito tigre, una especie procedente de Asia y que puede transmitir al ser humano enfermedades graves como el dengue o el zika.

Uno de los centros encargados de esta función es el Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario, Neiker, que detectó en 2014 la presencia en Euskadi, por primera vez, del mosquito tigre (Aedes albopictus). En concreto, en el término municipal de Irun.

El programa de vigilancia ha evolucionado desde entonces, incrementándose progresivamente el número de municipios testados, de tal manera que este año se van a vigilar todos los municipios con más de 10.000 habitantes, entrando algunos de ellos por primera vez en la observación.

“El objetivo es evaluar la posible expansión de estos mosquitos, incluyendo municipios que no se habían estudiado hasta la fecha, y muestreando en zonas tanto urbanas como periurbanas. Buscamos entornos propicios para descartar o confirmar la presencia de mosquitos exóticos invasores y, en caso positivo, informar a las autoridades competentes para poner en marcha medidas de control”, explican Ana García y Jesús Barandika, investigadores del Departamento de Sanidad Animal de Neiker.

Desde que se detectó por primera vez en Euskadi en Irun en 2014, “y conforme se ha aumentado el esfuerzo muestral, año tras año se ha ido detectando su presencia en varios municipios de Gipuzkoa y Bizkaia, y de forma puntual, en Araba”, explica García.

La picadura de este mosquito se asocia también a la transmisión a los seres humanos de otras enfermedades víricas como el virus Chikungunya o el Zika.

“Se ha expandido a amplias zonas del mundo, principalmente mediante el transporte pasivo de sus huevos, o larvas, a través del tráfico de mercancías adaptándose perfectamente a los climas templados. Sus huevos pueden sobrevivir y permanecer viables durante meses en ausencia de agua, pudiendo resistir temperaturas de cuatro grados bajo cero.”, precisa García.

La vigilancia continua de esta especie de mosquito, que se alimenta principalmente de la sangre de personas, ha dado a los investigadores de Neiker información sobre sus lugares de cría. “El mosquito tigre cría en pequeños volúmenes de agua, por lo que es de máximo interés controlar y/o eliminar los puntos de agua (bidones, neumáticos, envases, alcantarillas, etc.) tanto en los lugares públicos como en las propiedades privadas, ya que, en ocasiones, en estas últimas suelen encontrarse los focos de reproducción de estos mosquitos”, asegura Barandika.

Así, en algunos casos, la detección de este y de otros mosquitos exóticos invasores posibles transmisores de enfermedades infecciosas, como el dengue, chikungunya o el zika, las realiza la propia ciudadanía, a través de plataformas ciudadanas, como Mosquito Alert.

La vigilancia activa para la detección de mosquitos invasores, como el mosquito tigre, suele centrarse en los puntos de entrada de puertos marítimos y aeropuertos, y también a lo largo de las redes de carreteras, como vías de dispersión.