- Las no fiestas de Semana Grande en Donostia, como las de otros municipios del territorio, sí siguen siendo fiestas para centenares de jóvenes, pese a las restricciones, los controles policiales y el cierre de los bares, lo que provocó algunas escenas tristes en la madrugada del sábado al domingo en la capital guipuzcoana. Con todo, el día crítico de la no Semana Grande se saldó sin incidentes reseñables, no al menos de gran calado, aunque sobraron algunos lanzamientos de objetos a agentes de la Ertzaintza y la Guardia Municipal, amén de otras fechorías propias de tiempos precovid, como los hurtos, sustracción de móviles, sobre todo. Actos delictivos que, en todo caso, se refugian en las aglomeraciones de gente que se siguen produciendo pese a todo.

El alcalde de Donostia, Eneko Goia, manifestó ayer su “tristeza” por estos hechos, especialmente el lanzamiento de objetos contra la Policía Municipal y la Ertzaintza, cuando estos acuden a dispersar a los participantes en botellones, peleas o aglomeraciones, y pidió a la ciudadanía, una vez más, “responsabilidad”.

Patrullas de la Guardia Municipal de Donostia sufrieron durante la madrugada el lanzamiento de vasos y botellas mientras acudían a un incidente en la Plaza Trinidad de la Parte Vieja, donde dos grupos se habían enzarzado en una pelea y un joven sufrió una herida en una mano.

No fue lo único que enturbió la noche. Un total de ocho personas fueron detenidas; la mitad de ellas, por delitos de hurto y el resto por delitos contra la salud, lesiones, agredir a un agente de la autoridad y por quebrantar una orden de alejamiento, incluso. Señal de que sigue habiendo mucha gente que no se queda en casa de madrugada.

En circunstancias normales habría sido el inicio de la Semana Grande, y se habría prolongado siete días más. A día de hoy, sigue siendo tiempo de celebraciones semifurtivas, no tanto a veces, aunque el alcalde aseguró ayer que tanto la Guardia Municipal como la Ertzaintza están “especialmente vigilantes”. El objetivo, dijo, es evitar las aglomeraciones. Según Goia, en esta ocasión, se trató más de “gente arremolinada que de botellón en sí” y que fue dispersada por las patrullas.

Goia, en declaraciones a RNE, afirmó que, “nos gusten o no, las circunstancias que estamos viviendo nos exigen un esfuerzo, y deberíamos ser capaces de tener clara nuestra escala de prioridades”. Afirmó que le parece “fatal” el recibimiento violento contra la Ertzaintza y Guardia local y recordó que los agentes, “al fin y al cabo, son servidores públicos que están para velar por nuestra seguridad”, dijo.

También se produjeron altercados en otros puntos de la geografía guipuzcoana y vasca. Según informó el Departamento vasco de Seguridad, a la 1:20 horas un ertzaina sufrió una herida en la cabeza al recibir el lanzamiento de una lata de cerveza cuando patrullaba en un vehículo policial por Azkoitia. El presunto agresor no pudo ser localizado, ya que abandonó el lugar para esconderse entre la muchedumbre.

Por otro lado, vecinos de Deba alertaron, a las 3:40 horas, de la celebración de un botellón en la playa de la localidad, pero estos se retiraron cuando patrullas de la Ertzaintza les recordaron por megafonía las medidas sanitarias establecidas.

En lo que respecta a Bizkaia, se arrojaron también objetos a los agentes de la Ertzaintza en Portugalete, lo que provocó el desalojo de la zona y también hubo altercados en Gorliz, donde cuatro personas fueron identificadas por su presunta implicación en el lanzamiento de piedras a los agentes de la autoridad.

“Nos guste o no, la situación nos exige un esfuerzo y deberíamos tener clara nuestra escala de prioridades”

Alcalde de Donostia